Fiesta del Solsticio. Homenaje a Bernardo Secchi. Texto de la intervención de Paco Pol.

Texto de la intervención de Paco Pol en el Homenaje a Bernardo Secchi en la Fiesta del Solsticio 2014 del Club de Debates Urbanos

BERNARDO SECCHI:  TANTAS LECCIONES

1           No he participado nunca en un homenaje: ya sabéis que son poco frecuentes en España en nuestro campo profesional . Por ello, he consultado unas páginas leidas hace mucho tiempo  de Antonio Machado, en su apócrifo Juan de Mairena, en torno a los homenajes, tan frecuentes en su época,  en las que nos advertía sobre la inconveniencia de los “repertorios” entonces muy frecuentes,  entre el ditirambo, el aprovechamiento del homenaje para un lucimiento de los presentadores  o el disumulado y turbio vertido de críticas corrosivas bajo envoltorios enconmiásticos.

2          Ha sido seguramente Bernardo Secchi el primero, no en advertir, sino en diseccionar la constitución de la urbanística  moderna como un tejido complejo de narraciones, de relatos Pero en sus trabajos no se ha detenido en esas “lecciones de anatomía”, sino que ha sugerido  nuevas urdimbres o hiladas para el entendimiento del tantas veces incierto y tumultuoso devenir de los procesos de la ciudad y del territorio desde los 70 a hoy. A veces con esquemas “bien concertados”, otras más bien defendiendo los procedimientos  más casuales del patchwork.
En la obra de Italo Calvino, uno de los grandes narradores italianos modernos, con su atención a las ciudades, a las escenas de la vida en las ciudades, en sus imprevisibles cambios, en su permantente “estado de sorpresa”,  podríamos encontrar algunos hilos que nos permitieran enlazar con las argumentaciones de Secchi. Pero, dentro de  las limitaciones de estas notas, preferiré detenerme en sus reflexiones sobre el métodode la narración,  que creo pueden iluminar la singularidad de los trabajos de Bernardo. 
Calvino, en sus Lecciones americanas: propuestas para el próximo milenio, publicado a finales de  los 80,  se propuso indicar los modos con  los que, en  su opinión, debería “moldearse” la narración del futuro  entonces cercano, esto es, del tiempo que hoy vivimos. Las cinco primeras lecciones se polarizan en torno a los conceptos de legerezza, de esastezza, de rappidità, de vissibilità, demolteplicità… esto es, con una  traducción muy  subjetiva  de mi lectura, con términos  ligeramente ampliados,  de levedad delicada,  de precisión concisa, de aguda rapidez, de discernimiento claroy de  asunción de la multiplicidad
Todos los conocedores de los trabajos de Bernardo reconocerán su ajuste con esas perspectivas de método de su  racconto urbanistico de la modernidad…
La sexta lección de Calvino ofrece mayores dudas,  al defender la regla  del cominciare e finire, el comenzar y el acabar.  Quizá su óptica,  enraizada en un cierta “apelación al orden”, desde la tarea del narrador literario, se encontrara justiificada. No se sujetan en cambio  a esa regla los trabajos de Secchi, que yo, al menos, entiendo más bien como un permanente búsqueda de comienzos, a veces “horadando”, con los duros procedimientos del viejo topo tan queridos de nuestra generación, , y otras veces “desvelando”, sin aparente esfuerzo…  Pero sin ofrecer finales conclusos, rechazando así  las tan habituales catequesis  de  gran parte de la teoría urbanística que nos ha ido  acompañando…  Y aquí deberíamos cerrar  esta  aproximación :  porque en mi opinión  esa carencia de “finales cerrados”, ese traslado de los datos, de las tramas y de los problemas a otros  necesarios, imprevisibles actores futuros,  constituye uno de los mayores valores de los trabajos de Secchi.
3          Pero, más allá de estos “apuntes de método”, que ya nos deberían  decir mucho,  añadiría otros comentarios sobre la obra de Secchi  relativos a sus actitudes, a sus atenciones, a sus intenciones de incidencia disciplinar más directa. 
En primer lugar,  la curiosidad, llevada al extremo de una de las acepciones que señala el DRAE, “vicio que nos lleva a inquirir sobre lo que no debiera importarnos”… En este aspecto, cómo no subrayar por ejemplo las indicaciones que nos ofrece sobre las relaciones entre el campo de la urbanística y la cultura musical moderna, en los 20-30, entre los procedimientos del “retorno clásico” de Strawinsky y el serialismo de la Escuela de Viena; o en la sugerencia de utilización de “mallas amplias” y  “fragmentos” en el proyecto de la ciudad contemporanea, conjugando materiales e instrumentos, con las referencias a las Secuencias de  Luciano Berio. O, en otra derivada, sus referencias a los procedimientos de algunos juegos convencionales: el dominó, el puzzle y el ajedrez  O en sus apuntes sobre la responsabilidad  del urbanista no sólo como técnico sino también comochamán,  productor de imágenes incitantes,  incluso de mitos…
En segundo lugar, la perspicacia, como “agudeza” para el entendimiento de nuevos fenómenos.  Que se expresa  en  a lo  largo de su trayectoria,  desde su identificación de  las claves de  los procesos de desequilibrio territorial de los 70.  Sus consideraciones sobre el despilfarro inmobiliario en Italia de esos mismos años, aspecto  también  larvado entonces  en nuestro país y  que ha estallado recientemente con estrepito,   con sus connotaciones sobre el “bloque de poder” financiero-inmobiliario.  Sus  proposiciones sobre las  estrategias de riuso, en una extensión desde los centros históricos al conjunto de la “ciudad existente”. Sus planteamientos ante el sprawl, la difusión de los asentamientos, las deslocalizaciones de los centros productivos.  Sus  reflexiones sobre los nuevos roles de las grandes infraestructuras de movilidad en las estrategias del capitalismo reciente. O sus advertencias sobre las transformaciones en los contenidos y las formas de las dotaciones y espacios públicos, antiguos y nuevos, con sus implicaciones en la organización física, en los flujos económicos  y en los comportamientos sociales …
Todas esas atenciones puntúan las etapas de nuestro transcurso profesional… con obvias derivadas políticas. Pero abordar estas hiladas  nos llevaría, no a otro relato, sino quizá  a un fárrago  por ahora con pocos visos de convertirse en escenario
En tercer lugar,  la tensión argumental,  esto es,  el encuadre general de sus planteamientos en una dinámica entre innovación y reforma,  que trata de proseguir, en todas las insospechadas evoluciones de la ciudad, la urdimbre básica de la urbanística moderna en sus  relaciones entre utopías y realidades,  en el horizonte de una dialéctica de lo concreto, como un  constante entrelazamiento de “imaginación colectiva”  y  un entendimiento “científico”, o por bajar el tono, “objetivamente condicionado” de la realidad…
Y, en fin,  la benevolencia,  en sus intentos  de comprensión  crítica, pero al mismo tiempo generosa,  de las motivaciones y las soluciones de propuestas anteriores,  distanciándose así  de los discursos doctrinarios imperativamente dominantes en cada momento y al mismo tiempo de sus “excomuniones” posteriores. Y en este aspecto destacaría por ejemplo sus reflexiones sobre los grands ensembles franceses o las new towns británicas,  o, en miradas más recientes,  sobre los nuevos grandes nodos de “concentración” de actividades…
4          Acercándonos más a los problemas de orden práctico que nos aquejan y  a los compromisos que de ellos se desprenden,  acabaría estos apuntes resaltando  otra de las líneas  argumentales  de Secchi con mayores implicaciones propositivas.
 En su Prima Lezione di Urbanistica(tomemos el título “al pie de la letra”)  Secchi desarrolla  una densa y puntillosa indagación sobre la evolución de la urbanística moderna y contemporánea, en la que distingue  las muy diversas influencias exteriores y las no menos complejas  modificaciones  interiores a su campo, ambos procesos resultantes en una creciente implicación de actores,  a veces con actitudes autónomas hasta casi el autismo, otras  veces recelosas, discordes o puramente conflictivas.
 Y nos avanza, al modo de Swift, muy acorde con su talante, una “modesta proposición” para la reorientación de nuestras tareas: el entendimiento de la urbanística, y por tanto de su práctica, como un saber nómada y exógamo.  Nomadismo, es decir, el indagar  errante y sin prejuicios entre unos y otros campos y disciplinas … y en en sus  propios “recintos”. Y exogamia, en lo que connota de atracción electiva  hacia “lo diverso”,  hacia  la  búsquedad de las posibilidades y  capacidads generativas y regenerativas  de  “lo ajeno” …
Esta proposición se apoya obviamente  en una meticulosa demolición de cualquier pretensión de “cierre disciplinar”,  así como en  punzantes argumentos críticos sobre las frecuentes pretensiones de jerarquización del campo, alentadas casi siempre por  la  exigencia de un rol de hegemonía y control para determinados enfoques… Pretensiones que si analizaramos con los métodos de Secchi nos desvelarían  en todos los casos matrices escolásticas,  a veces en versiones “modernas” pero incluso en ocasiones antiguas, con correspondientes beatificaciones y excomuniones…
 Las limitaciones de estos apuntes no consienten desarrollar los muchos comentarios que sus argumentos incitan. Pero no me resisto a citar la frase con la que Secchi  concluye esa exposición, con una aura alentadora, muy poco frecuente en sus escritos: “el saber del urbanista, nómada y exógamo por su naturaleza, debe a esa condición una perenne dificultad en la definición de su estatuto profesional y de su puesto en la sociedad, pero también su capacidad de fascinación y su extraordinaria actualidad”  (el subrayado es mío).
Creo que esta apelación tiene bastante o mucha relevancia en la comprensión de nuestros problemas y en la anotación de la agenda de nuestras tareas.

Francisco Pol, Junio 2014
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