El grupo político de Ciudadanos en la Comunidad de Madrid ha presentado una proposición de Ley para anular el límite de las cuatro alturas (tres más ático) en los nuevos desarrollos, un cambio introducido por Esperanza Aguirre en el año 2007.
Esta iniciativa está suscitando un afortunado debate público, del que es reflejo la oposición a dicho cambio por parte de las AAVV, Ecologistas en acción y otras organizaciones cívicas (entre ellas el Club de Debates Urbanos) y por contra, la defensa de su eliminación por parte de los responsables y promotores de las operaciones más discutidas de la ciudad y de algunos profesionales de la arquitectura y el urbanismo. Este texto intenta acotar, desde un punto de vista personal, las cuestiones que están implícitas en el debate, a veces ocultas de forma dolosa y refutar los argumentos de Ciudadanos y las tergiversaciones sobre la posición adoptada por los agentes sociales.
UNO: Pues sí. Yo también detesto la imposición de las cuatro alturas. Ahora bien, no tanto por los falsos efectos que denuncia Ciudadanos en un ejercicio de ignorancia o cinismo, como la “extensión” sobre el territorio, ni tampoco por cuestiones digamos sólo formales, como si queda más mona una torrecita de 20 plantas aquí y un bloquecito de ocho allá, no. Detesto la citada norma porque es fruto de una actitud despótica y arbitraria de nuestra bruja mala, Esperanza Aguirre, que con su arbitrismo lo mismo podía habernos obligado (intentado) a vivir a todos en pitufos o en roulottes si a ella le hubiera parecido más castizo o romántico.
DOS. La argumentación de Ciudadanos merece un comentario mas detallado. Dice ciudadanos en su escrito que (la modificación arbitrista de Aguirre) “nada liberal, ha generado un caos urbanístico según la opinión de todos los expertos, favoreciendo ciudades expansivas” y en otro párrafo remacha: “Esta limitación de alturas ha esparcido (literal) nuestras ciudades cual mancha de aceite”. Esta argumentación es obviamente falsa. Nuestras ciudades no se han expandido cual mancha de aceite (no pocas veces en bloques de seis ocho plantas) debido a una norma aprobada en 2007. Si Ciudadanos hace memoria, en 2007 en la Comunidad de Madrid el clico inmobiliario ya se había detenido antes de desplomarse en 2008, por lo que la citada expansión ya había tenido lugar y el impacto a esos efectos de la citada norma puede considerarse nulo. Por otra parte, la afirmación puede falsarse con un simple contraejemplo: La Comunidad de Madrid es la única que tiene esta norma y todo el territorio nacional en la burbuja inmobiliaria (y antes) ha sufrido el fenómeno del sprawl, la ocupación irresponsable del territorio.
TRES. Luego si la citada norma no es responsable del sprawl y tenemos en cuanta el estancamiento general del sector inmobiliario ¿A qué vienen estas prisas por cambiar un sólo artículo de una ley que tiene numerosos parcheados y defectos que debieran ser objeto de análisis y en su caso de reforma? La conclusión es evidente: las sentencias judiciales están impidiendo el desarrollo de operaciones inmobiliarias en la ciudad construida fuertemente contestadas por los ciudadanos y cuya paralización en espera de mejores evaluaciones iban en el programa de la candidatura que gobierna el ayuntamiento de Madrid. Ciudadanos no pretende jugar a cambiar unos bloquecitos de Lego de cuatro piezas por otros más altos, Ciudadanos juega al Monopoly.
CUATRO. Vecinos y ecologistas (y quien firma) NO piden mantener la ley que prohíbe más de tres alturas, como engañosamente titulaba el diario El País (por cierto, se trata de un artículo de la Ley, lo que pretende derogar Ciudadanos, no la Ley). Esta estúpida y autoritaria norma, y la acción judicial, permiten tener el reposo necesario para evaluar el sentido de estas operaciones y los fallos de la propia Ley. Copio literalmente del comunicado de la Plataforma por el Derecho a la Ciudad (énfasis propio):
“Estas sentencias deberían considerarse una oportunidad para redefinir estos proyectos: incluirlos en un plan director de futuros desarrollos y actuaciones en barrios del entorno, así como para modificar las propuestas aberrantes del planeamiento de Madrid y su área metropolitana. Sin embargo, lo que se plantea es la derogación rápida de este artículo para dar vía libre a las grandes operaciones especulativas, sin una alternativa.”
Y sigue:
“Ciudadanos se suma a la mala práctica del Partido Popular de modificar la Ley del Suelo cada año (sería la 14ª modificación en 14 de años de vigencia de la Ley) para beneficiar de manera oportunista a promotores inmobiliarios (bancos y constructoras). En la Comunidad de Madrid, la Ley del Suelo necesita una reforma integral nacida del debate amplio y la participación pública. Todo lo contrario al opaco proceso iniciado y capitaneado por el Partido Popular en los grupos de trabajo constituidos al efecto.”
CINCO. Personalmente me molesta, como supongo molesta a la Plataforma, tener que refugiarnos en la citada norma para defender la reflexión que se demanda sobre estas operaciones. La plataforma y los que nos oponemos a esta modificación puntual no somos tan estúpidos como para querer hacer buena la citada norma, en contra de lo que algunos maliciosos arquitectos y urbanistas quieren hacer ver. Sólo contestamos al oportunismo con la oportunidad.
Francisco López Groh
Una respuesta a CIUDADANOS Y LAS CUATRO ALTURAS: ¿JUGANDO AL LEGO® O AL MONOPOLY?_Francisco López Groh