Ha muerto el arquitecto Javier Azofra.
Una pérdida inasible, sobre todo para aquellos ajenos a un mundo destinado a desaparecer.
Fue una de las mentes más brillantes y atractivas que he conocido.
Somáticamente negado y negador voluntario para toda productividad hegemónica que pudiera exigir la colaboración de la impostura, valen para él las palabras de Loos a la muerte de Altenberg:
“Él amó y vio”