LA FACTORÍA DE VILLAVERDE: LO QUE QUEREMOS, POR LO QUE LUCHAMOS, por Concha Denche

El Ayuntamiento de Madrid ha recepcionado recientemente la Factoría de Villaverde, pendiente ahora del concurso para su gestión.

Las Factorías del ayuntamiento (existe ya una en funcionamiento en Vicálvaro) son equipamientos públicos destinados al apoyo y fomento de las actividades manufactureras por medio de la oferta de espacio y servicios para empresas nacientes. Algo así como un vivero de empresas manufactureras.

Un equipamiento de este tipo es vital en el momento en que, con sus limitaciones, una reorientación de la política industrial y económica, basada fundamentalmente en la transición verde y la digitalización. se están diseñando a partir de la inyección de los fondos europeos del Next Generation.

Sin embargo, la política industrial local se está diseñando y aplicando al margen del conocimiento y la implicación vecinal (¿cuántos vecinos saben de la existencia de esta inversión en su distrito?), de los problemas y necesidades de los distritos, y en concreto del nuestro de Villaverde, donde la Factoría se localiza.

Este equipamiento podría reforzar el papel incipiente y decisivo de la Nave Boetticher en el impulso a la revitalización de Villaverde y la mejora del tejido productivo localizado en el polígono industrial, cuya rehabilitación es objeto de persistentes reclamaciones vecinales.

Pero recordemos la historia de la Nave Boetticher. “Salvada” por la presión vecinal, transcurrió una eternidad hasta que se rehabilitó con diversa fortuna en sus soluciones y entre dudas y cambios en su destino y objetivos. Y cuando por fin abrió sus puertas lo hizo al margen de los vecinos, que desconocían mayoritariamente su función y hasta su existencia.

Entonces el argumento que se manejaba por parte de la administración local era que la Nave Boetticher constituía un equipamiento de ciudad y más allá, y por tanto estaba desligada de su entorno, del distrito de Villaverde y del SUR.

Desde su apertura, la Plataforma Nave Boetticher luchó por conseguir dos objetivos: la aplicación de sus proyectos y programas a enfrentar los problemas de actividad y desarrollo del distrito (formación, digitalización, brecha digital…) y a ampliar el conocimiento y el acceso de este equipamiento a los vecinos del distrito.

Con dificultades, este programa de apertura al distrito se fue consiguiendo, utilizando en la medida de lo posible las instalaciones de la Nave Boetticher en colaboración con el equipo gestor para desarrollar numerosas actividades dirigidas al distrito, como el programa Technovation de formación tecnológica dirigido a las niñas del distrito, el de madres y abuelas tecnológicas, el programa ecología a pie de barrio o las campañas de conquista ciudadana del polígono.

Quedan pendientes muchos desafíos, entre ellos consolidar y ampliar estos programas hasta dotarlos de una masa crítica suficiente, pero también la necesidad de desarrollar otras iniciativas que liguen estas acciones a la transformación del tejido productivo local, desarrollar actividades específicas que articulen los objetivos de la Nave Boetticher con las empresas del polígono. Y en estos objetivos la Factoría tiene un papel decisivo.

Hasta ahora la Factoría ha seguido un proceso similar a los inicios de la Nave. Fuera del debate público sobre los problemas y expectativas de la zona: desempleo, carencias formativas, etc. el ayuntamiento no consultó a los vecinos su opinión y esperanzas sobre este equipamiento público y ni siquiera hizo una mínima tarea de información y difusión de los objetivos del equipamiento en el distrito ¡Ni siquiera dirigida al tejido industrial del polígono!

La factoría nace por lo tanto al margen de la implicación de empresas y vecinos del distrito.

Hay que cambiar esta orientación

Lo que queremos, por lo que luchamos

Como en el caso de la Nave Boetticher, somos plenamente consciente que el papel de la Factoría trasciende el espacio del distrito, pero esto no debe suponer la renuncia a participar en su transformación digital, verde, igualitaria…

Por eso pedimos:

  1. La creación de un marco de colaboración y participación entre la administración y las entidades vecinales para debatir y aplicar líneas de trabajo dentro de sus objetivos que impacten directamente sobre la sociedad local a través del conocimiento de las necesidades locales.
  2. La inclusión en el pliego de condiciones del concurso para su gestión de estos objetivos locales, incluida la imprescindible participación vecinal y empresarial.
  3. El diseño y la reserva de espacio específico dentro de la factoría abierto a la ciudadanía que sirva de laboratorio para las diversas prácticas sociales relacionadas con la innovación, con la colaboración de los centros de formación profesional del distrito y otras instituciones docentes.
  4. La colaboración estratégica entre la Factoría y la Nave Boetticher, en el apoyo común al tejido local y específicamente en el desarrollo y la continuidad de las startups creadas y crecidas en la Nave Boetticher. La factoría albergaría a estas startups en su fase de madurez y desarrollo.
  5. La colaboración con La Nave y con la Plataforma Nave Boetticher en la formación de los trabajadores de las empresas del polígono.
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