Debate: LA CIUDAD DE LAS PLATAFORMAS DIGITALES

Coloquio:
Luis Enrique Alonso Benito. Catedrático de Sociología. Universidad Autónoma de Madrid.
Félix Arias Goytre. Club de Debates Urbanos.
Francisco López Gröh. Club de Debates Urbanos.

Fecha: Martes 26 de abril de 2022 a las 19,30 horas
Lugar: Sala Ramón Gómez de la Serna. CÍRCULO DE BELLAS ARTES

Puedes descargar la invitación aquí

A continuación compartimos unas reflexiones previas al debate a modo de introducción al mismo:

En la nueva sociedad digital que se está imponiendo desde las últimas décadas del siglo pasado, el progresivo dominio de la acumulación de datos y su manejo por algoritmos (e IA) condicionan las relaciones y los procesos sociales, económicos y políticos. Como todo desarrollo de las fuerzas productivas se va desplegando lenta y progresivamente, si bien tiene sus contradicciones internas en cuanto a las formas de negocio con que se materializa, que conducen, como ocurrió en 2001, al pinchazo de la burbuja digital, y a un parón y reestructuración del sector. En todo caso, estos procesos digitales se desarrollan porque benefician a la aceleración de la circulación de capital. ¿Qué continuidad y ritmo puede tener el despliegue en las próximas décadas con los modelos de negocio actuales?, ¿Esto es solo el comienzo de cambios más drásticos?

A lo largo de este siglo el impacto digital en las relaciones interpersonales, en la comunicación en general, ha sido muy aparente. Desde el desarrollo de internet y la consolidación de las GAFAM (las grandes plataformas de internet), y tras la explosión de la burbuja digital de finales de siglo, se está convirtiendo en hegemónico un “régimen de información” que obtiene datos sobre los comportamientos de las personas (facilitado, claro está, por una cultura individualista exhibicionista) y sobre las tareas y funcionamiento de los procesos económicos y de gestión para explotarlos como mercancías. Ha surgido una enorme competencia por el control de las bases de datos que se generan, a través de las redes de cables, software y servidores que alojan el big data, que transportan seleccionan, acumulan y organizan los datos para su análisis y/o comercialización. Todo ello ha servido como base instrumental para el desarrollo de los procesos de globalización y de financiarización, que están siendo determinantes también en los sistemas de configuración de ciudades globales y en los mecanismos de acumulación a través de la ciudad y, en particular, de la especulación urbanística. Se trata de mecanismos de redistribución más que de producción de valor. ¿Cuáles serían los principales nuevos dispositivos de acumulación para la extracción de rentas vía la explotación de activos inmobiliarios y de movilidad?

Conforme se aplica la digitalización a los procesos económicos -sean de producción, distribución, comercialización, consumo, o gestión (privada o pública)- las entidades que lo hacen se encuentran con una información que organizan como bases de datos. Esta información se explota cada vez con mayor intensidad para optimizar los procesos, pero también para controlar los mercados, tanto en las cadenas de bienes intermedios como en el consumo final. Quien tiene una base de datos de cómo funciona un proceso, qué buscan los clientes o en qué lugares hay comportamientos diferenciales, etc., tiene un “tesoro”, que puede comercializar, o guardar celosamente de la competencia para su propio beneficio. Las empresas y las personas son al mismo tiempo proveedoras de información y destinatarias de los nuevos productos (o de la publicidad sobre los mismos) por lo que la vida cotidiana se va sometiendo, más y más, a una mercantilización de necesidades, deseos y comportamientos. Aparecen también nuevas formas de financiación, publicidad e, incluso, de “fabricación” y captura de clientes. ¿Cómo pueden alterarse los modos de vida, las prácticas empresariales, o la misma política, la gobernanza y la práctica de la democracia, a causa de esta “transparencia” o publicidad -obscena- de los comportamientos?

Centrándonos en la ciudad como configuración espacial de actividades, la digitalización está provocando que las actividades cambien sus necesidades de fijación en el espacio, de desplazamientos y tipos de movilidad, de características de los locales o espacios en que se produce la actividad: residencial, fabricación, logística, gestión… La ciudad material se desajusta progresivamente en cuanto a características de los locales de actividad y canales de flujos, a centralidades y a distribución espacial de las actividades. Además, están surgiendo nuevas empresas que aprovechan estas necesidades y deseos, para construir algoritmos, y comprar o recoger bases de datos propias de clientes vía apps, como estamos viendo recientemente con el transporte (VTSC, bicis/patines…), vivienda turística, cocinas-fantasma, logística de última milla… En unos casos las plataformas además de su manejo de bases de datos sobre clientes potenciales, tienen oferta propia de sus activos (vehículos, locales industriales, Spotify…), en otros no tienen capital fijo y operan con autónomos propietarios de los activos que se arriendan (Airbnb, Uber, riders…), en otros controlan la información de mercado y cobran por conectar oferta/demanda (Idealista…).

En el funcionamiento de estas plataformas, aparecen relaciones laborales precarias en forma de falsos autónomos que dependen de la plataforma para trabajar, como los riders, cocineros fantasma, etc. Las plataformas digitales han contribuido decisivamente a la degradación de las condiciones de trabajo, de forma que esta forma de explotación a través de app ha reforzado y acelerado los procesos de flexibilización y precarización del trabajo en el capitalismo actual.

Unas plataformas son internacionales y de capital global, otras corresponden a capital local y operan a nivel metropolitano o nacional. ¿Qué sabemos, y qué evolución se puede prever, en relación con la proliferación de distintos tipos de plataformas que operan en los servicios urbanos?, las empresas con parques de activos ¿quedarán solo para clientes premium?, las que ofrecen servicios gratuitos ¿empezarán a cobrar tasas?, ¿se mantendrá la corta esperanza de vida de tantas plataformas de servicios, como viene ocurriendo en estos años?

Los cambios de organización de la ciudad, que no se han estudiado ni se han regulado adecuadamente, producen muchas veces impactos de tipo ambiental desfavorables en los entornos (ruidos, olores), competencia con actividades locales de proximidad, cambios en las rentas del suelo, en la movilidad, o en la ocupación de espacio público… ¿Qué aspectos pueden ser más conflictivos para la ciudad y los barrios cara al futuro?

La respuesta a esta variada problemática introduce conflictividad social entre los propios trabajadores de las plataformas (riders, empleados Amazon…), de competencia dentro de los sectores (taxi…), con el vecindario (plataformas vecinales de afectados por las cocinas, las viviendas turísticas, los centros logísticos…). Se trata de movimientos reactivos de afectados, pero en general la afección al interés general está poco o nada defendida por los gobiernos municipales y regionales. ¿Qué mecanismos de democracia participativa y de gobernanza son necesarios para prevenir y regular la reorganización de la ciudad y el despliegue de nuevas actividades minimizando los impactos negativos sobre el entorno, la ciudadanía y la eficiencia de los servicios?

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