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Elecciones a la Junta Directiva del CDU
De acuerdo a los Estatutos del Club de Debates Urbanos corresponde convocar elecciones a Junta Directiva.
Por tanto, y por acuerdo de Junta del 12 de enero de 2015, abrimos plazo de presentación de candidaturas (Presidente, Vicepresidente, Secretario, Tesorero y 7 vocales) hasta el día 3 de febrero de 2015.
La proclamación de candidaturas tendrá lugar el miércoles 4 de febrero, a través de la página Web, y las elecciones se celebrarán en la Asamblea General que convocaremos para el 23 de febrero de 2015.
Opinion_La eficacia de la ciudad compleja y los viejos comercios tradicionales_F. Lopez Groh
El pasado 12 de enero nuestro socio Francisco López Groh publicó en el suplemento de Vivienda de la edición digital de El País el siguiente artículo, que reproducimos aquí por su interés
La eficacia de la ciudad compleja y los viejos comercios tradicionales
Los locales históricos cuyo contrato ha expirado eran patrimonio común, fruto de las relaciones de aprendizaje, comerciales y de socialización
Gracias a la prensa y a algunas asociaciones de vecinos, los ciudadanos hemos conocido el fin de la prórroga de veinte años que el Decreto Boyer de 1985 y la Ley de Arrendamientos Urbanos de 1994 concedían a los inquilinos de locales comerciales. El fin de la prórroga afecta especialmente a locales comerciales situados en las áreas centrales de las ciudades y, en gran medida a comercios tradicionales.
La discusión sobre la «justicia» (y utilidad) de la medida trata, creo, de dos cuestiones distintas: a) las reglas del libre comercio: «el derecho de los titulares a obtener una renta basada en un régimen de libre mercado» (PP y UPD); y b) los efectos de estas actividades en la ciudad, en los bienes públicos, tangibles e intangibles.
Las reglas de la competencia y la liberalización parecen tener un apoyo generalizado. Pero ¿liberalizadoras de qué? Puestos a ponernos del lado del liberalismo podríamos aplaudir medidas que atacaran los sobre-beneficios obtenidos por procedimientos parásitos (rentas) y estar a favor de la libre competencia. ¡Pero estamos hablando precisamente de rentas! Las rentas son ingresos no ganados, basados en regulaciones. En este caso la propiedad del suelo. Cada unidad de parcela urbana, cada propiedad urbana, es un monopolio, así que no es posible «liberalizar» el mercado de suelo. La medida pretende favorecer las rentas del suelo frente a otras actividades.
A efectos colectivos, lo que importa de estos locales (como en su momento se discutía en el Club de Debates Urbanos respecto a Canalejas o la Plaza de España) es cómo se han creado estas rentas de posición y la forma en que estas rentas no ganadas contribuyen activamente a la desigualdad. Los beneficios de posición de un local comercial están relacionados con la velocidad de rotación del capital, con el aprovechamiento de economías de escala localizadas, de nicho, etcétera. Pero todas estas ventajas de posición son el resultado de economías públicas o si se quiere comunes. Es la acumulación de capital fijo colectivo en forma de infraestructuras, población y actividad lo que genera esta riqueza que los propietarios quieren captar en forma de rentas.
Los liberalizadores suelen burlarse de los defensores de estas actividades: vecinos, defensores del patrimonio, y urbanistas, valedores de la diversidad y la complejidad, tratándolos de sentimentales, amantes de un tiempo pasado. Nostálgicos sin más.
¿Nostalgia, recuerdo, historia? Hasta el turista estándar, el que simplemente consume estos bienes, sabe que la ciudad está hecha de todas estas cosas. Pero hay algo más. En la intuición de los urbanistas (no solo) la complejidad, la proximidad y otras estructuras y enlaces de los usos en la trama urbana constituyen el aspecto más admirable y difícilmente reproducible de las ciudades. Y este sistema está sostenido por una intrincada armadura de bienes y usos colectivos y comunes, realizados a veces exprofeso y otras, fruto de las energías desatadas por las relaciones comerciales, de aprendizaje y socialización entre los ciudadanos.
Así que tienen razón los miembros de gentrisaña cuando consideran «los viejos comercios antiguos, tradicionales, o directamente viejos» (…) «el verdadero patrimonio social de Madrid». Por decirlo de forma más seca: son nuestros. Constituyen piezas de la complejidad urbana, de la diversidad de mercancías y servicios y la forma en que estos se proveen. Son piezas de la sostenibilidad urbana. No es nostalgia. Se trata de la eficacia de la ciudad compleja, e incluso de su capacidad de resistencia frente a las reglas uniformadoras de la mercancía universalizada.
Es probable que en los contratos entre comerciantes y propietarios del suelo hubiera flagrantes situaciones de injusticia por una parte o por otra, pero el Ayuntamiento de Madrid ha tenido veinte años para analizar con detalle las condiciones de los locales y los contratos y las aportaciones positivas que estos comercios proporcionaban a los ciudadanos, estéticas o simbólicas, a veces prácticas, otras incluso difíciles de catalogar. No parece imposible que se hubieran podido adoptar medidas transitorias de diversos tipos, desde formas de protección a instrumentos de mediación o apoyo. Pero era algo difícil de esperar de un gobierno municipal que está intentando convertir todo el centro de la ciudad (de nuevo Canalejas, Plaza España, las salas de cine…) en el escaparate exclusivo de banales mercancías mundializadas.
Francisco López Groh es urbanista y miembro del Club de Debates Urbanos
Publicado en Actualidad/Opinión
Etiquetado 2015, Club Debates Urbanos, Comercio, complejidad, eficacia, López Groh
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DEBATE_Madrid: Escenario de miradas sucesivas
El proximo lunes tendrá lugar la próxima sesión del Club de Debates Urbanos, titulada «Madrid: Escenario de miradas sucesivas»
La reflexión crítica sobre el espacio urbano es parte del ADN del Club de Debates Urbanos desde su fundación hace más de veinte años. En esta ocasión, la propuesta viene a plantear una mirada detenida, rigurosa y, a la vez, intuitiva, sobre el espacio público en la ciudad de Madrid, desde otra escala: la de la experiencia cotidiana de a pie de la ciudadanía, y de una mirada emocional sobre su entorno inmediato.
La ciudad de Madrid, soporte vivo, que trama en sus calles y plazas lazos de convivencia y sociabilidad, hoy en proceso de devastación. La liquidación del espacio público es la metáfora de la liquidación de lo común, de lo público. Un paisaje físico y humano convertido en un catálogo desolador: plazas torraderas, plazas trastero…, desiertos desmemoriados sin tierra, sin vegetación, o articulaciones del vacío periférico. La sustracción de las calles y la desposesión de las aceras, espacios que nos pertenecen donde nos encontramos y nos socializamos, como práctica expropiatoria del patrimonio y el uso ciudadano, que muta en pasillos, donde el cliente consume y el peatón hace dribling a las lubinas. Contenedores de cachivaches, anuncios, promociones, despilfarro energético. Obstáculos invasores. El no-lugar inhóspito, enajenado. Y la capacidad de regeneración urbana, otras formas de loa vecindarios de hacer ciudad.
Sobre esa composición, se traza rotunda la experiencia de la ciudad como parte de la vida. La geografía de la precariedad, la experiencia del espacio inseguro, de las incertidumbres, como las expectativas de futuro.
Intervienen:
Dolores Brandis. Geógrafa
Javier G. Mosteiro. Arquitecto
Elvira Navarro. Escritora
Modera:
Concha Denche. Socióloga. CDU
Fecha y hora: Lunes 19 de enero a las 19:30 h.
Lugar: Sala Ramón Gómez de la Serna. Círculo de Bellas Artes (Madrid)
c/ Marqués de Casa Riera, 2. Madrid
Puedes descargar tu entrada aqui
Publicado en Convocatorias, Debates
Etiquetado #DebatesUrbanos, 2015, Brandis, Denche, Elvira Navarro, Miradas, Mosteiro
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#DebatesUrbanos: ¿Cuánta desigualdad podemos aguantar? (vídeos)
A continuación podéis ver los dos vídeos de las sesión #DebatesUrbanos sobre desigualdad organizada por el Club de Debates Urbanos en el Círculo de Bellas Artes de Madrid el pasado 25 de noviembre de 2014.
Intervienen:
Félix Arias. Arquitecto
Jesús Gago. Arquitecto
Francisco López Groh. Urbanista
Eduardo Mangada. Arquitecto
Presenta y modera: Carlos Berzosa. Catedrático de Economía Aplicada de UCM
Fecha: Martes 25 de noviembre de 2014
Lugar: Sala Ramón Gómez de la Serna. Círculo de Bellas Artes. Madrid
Más información:
Publicado en Debates, Vídeos y audios
Etiquetado #DebatesUrbanos, 2014, Arias, Berzosa, Club Debates Urbanos, Compromiso Social, Desigualdad, Economía, Jesús Gago, López Groh, Mangada, Sociedad
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#DebatesUrbanos: Arquitectos, ¿para qué? (vídeo)
El pasado 30 de octubre de 2014 se celebró la primera sesión del curso #DebatesUrbanos 2014-2015. En esta ocasión el debate se trasladó la sala de conferencias de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid. Bajo el título «Arquitectos, ¿para qué?» se dieron cita diferentes profesionales y docentes de la arquitectura para reflexionar sobre el papel de la disciplina en la actualidad.
Primero hubo una ronda de intervenciones a cargo de representantes de tres generaciones de arquitectos (Eduardo Mangada, Federico Soriano y Pedro Pitarch) que fue presentada por Andrés Perea. A continuación se abrió una ronda de debate en la que participaron destacadas personalidades del panorama arquitectónico y urbanístico madrileño como Ramón López de Lucio, Luis Felipe Alonso Teixidor, Javier Alau, Luis Moya o Jesús Gago. Podéis ver el vídeo íntegro del encuentro a continuación.
Arquitectos, ¿para qué?
Intervienen:
Eduardo Mangada. Arquitecto
Federico Soriano. Arquitecto. Director del Departamento de Proyectos Arquitectónicos de la la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid
Pedro Pitarch. Arquitecto
Modera:
Andrés Perea. Arquitecto
Lugar: Sala de conferencias de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid (ETSAM)
Fecha: jueves 30 de Octubre
Imagen: El Metropol Parasol en Sevilla, conocido popularmente como las Setas de la Encarnación, diseñado por el arquitecto berlinés Jürgen Mayer (fuente: http://queaprendemoshoy.com/)
Publicado en Debates, Vídeos y audios
Etiquetado #DebatesUrbanos, 2014, Alau, Alonso Teixidor, Arias, Capitel, ETSAM, Federico Soriano, Jesús Gago, López de Lucio, Mangada, Moya, Papel del arquitecto, Perea, Pitarch, Urbanismo
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Opinion_Privatizaciones_Eduardo Mangada
Eduardo Mangada publicó recientemente el artículo «La elecciones de mayo de 2015 incrementan la furia privatizadora del PP de Madrid» en www.nuevatribuna.es. Lo reproducimos aquí por su interés
El principio que afirma la función social de la propiedad, sea privada o pública, está presente de una u otra forma en todas las democracias avanzadas. En nuestra legislación sobre el régimen del suelo en los procesos de desarrollo urbano, el principio antes enunciado está presente como parte sustantiva desde la Ley del Suelo de 1956 y mantenido, con mayor o menor énfasis, en todos los desarrollos legislativos posteriores, sean del rango que sean, nacional o autonómico.
Pero en estos últimos decenios y, sobre todo, en los últimos años, el citado principio ha sido olvidado y está siendo despreciado por las administraciones públicas en los tres niveles, dando prioridad al valor de mercancía del patrimonio público y, de forma muy señalada, del suelo público, entendidos como generadores de ingresos y beneficios mediante su privatización, su venta en el mercado.
La primera razón con que se intenta justificar esta venta del patrimonio público es la necesidad de nutrir las esquilmadas arcas de las administraciones o la de hacer frente a la cuantiosa deuda pública contraída por una mala gestión, una mala política económica. Siendo dudosa esta pretendida justificación, mucho más grave es cuando esta continua y empobrecedora privatización se lleva a cabo como lógica consecuencia de un neoliberalismo desregulador, que defiende las leyes del puro mercado por encima de las razones políticas y entiende que la mejor gestión de los patrimonios físicos, infraestructurales o humanos está en las manos de los operadores privados, hipotecando con ello la capacidad de actuaciones públicas futuras en beneficio de la colectividad.
Madrid está siendo escenario de un proceso insaciable de privatización de lo público
Madrid ha sido, y sigue siendo en nuestros días, escenario de un proceso insaciable de privatización de lo público, ya sea el agua, las viviendas sociales incluidos sus ocupantes o los suelos y edificios de titularidad pública. Como ejemplos más visibles y recientes centrémonos hoy en dos casos concretos: la manzana de Raimundo Fernández Villaverde 50, propiedad del Ministerio de Defensa, y las Cocheras del Metro de Madrid, en Cuatro Caminos.
Ambos terrenos han sido adjudicados en subasta púbica a Domo Gestora y al Grupo Ibosa, gestoras de dos cooperativas creadas ad hoc y promocionadas con los nombres comerciales de “Residencial Maravillas”, en Raimundo Fernández Villaverde y “Residencial Metropolitan”, en Cuatro Caminos. (Fig. 1)
“Residencial Maravillas”, con una edificabilidad de 54.225 metros cuadrados, permitirá construir 355 viviendas a un precio estimado de unos 3.400 euros/metro construido. “Residencial Metropolitan” con una edificabilidad de 58.500 metros cuadrados, permitirá la construcción de 381 viviendas libres y 62 VPO, con un precio estimado de 2.700 euros/metro construido, las primeras, y 1.940 euros/metro cuadrado útil las segundas. Como puede comprobar cualquier persona medianamente conocedora del mercado de vivienda en estos tiempos, se trata de promociones destinadas a clientes de alta capacidad económica, salvo la pequeña cuota de viviendas protegidas, como ridícula muestra de una pretendida sensibilidad social.
Antes de esta venta de suelos públicos a promotores privados, aunque se amparen con el nombre de cooperativas, ¿el Ayuntamiento y el propio Ministerio de Defensa se han preguntado si existían otras necesidades sociales en la ciudad, más concretamente, en los barrios en que su ubican estas promociones, a las que estos suelos podrían dar asiento? No. En el caso de las Cocheras del Metro, ni siquiera se han atendido las solicitudes de Madrid Ciudadanía y Patrimonio y de la Sociedad de Amigos del Metro y los Tranvías Históricos de Madrid para que se califiquen como Bien de Interés Cultural los edificios históricos proyectados por el arquitecto Antonio Palacios y el ingeniero Miguel Otamendi. Tampoco han merecido la atención del Ayuntamiento las demandas de las asociaciones vecinales de Chamberí, especialmente las de Parque Sí Chamberí, reclamando equipamientos de distinto tipo y zonas verdes en el distrito.
Lo malo es que todo anuncia que esta furia privatizadora va a continuar acelerada en los próximos meses, ante el temor del PP de perder la mayoría en el gobierno municipal en las elecciones del mes de mayo, sin antes haber dejado consolidados los beneficios de promotoras inmobiliarias afines a su ideología. Predicción que puede verse confirmada en casos como las instalaciones de Metro en Ventas y Pacífico, los restos del estadio Vallehermoso (privatizado ya en parte), los terrenos de la Guardia Civil en Príncipe de Vergara, el Parque Móvil en Cea Bermúdez, la incierta cesión de la finca de Torre Arias a la Universidad de Navarra o el Mercado de Legazpi, entre otros.
EL MADRID DE LOS OCHENTA
Asumo el riego de una simplificación y una reflexión un tanto trasnochada cuando afirmo que este es el ejemplo de una política de la derecha a la que merece contraponer una operación semejante de los años ochenta, cuando gobernaba Madrid un ayuntamiento de izquierdas (PSOE-PCE).
En aquel tiempo se dispuso de suelos de titularidad pública en localizaciones centrales de Madrid, en mucho semejantes a los que dan lugar a este artículo. Junto a la Plaza de Castilla, dando frente a Bravo Murillo, los terrenos de propiedad municipal llamados el “Triángulo de Oro”. Más al sur, unas instalaciones militares denominadas Cuartel de la Remonta, a la altura del número 327 de Bravo Murillo. (Fig. 2) Dos solares atractivos para la iniciativa privada que, sin embargo, fueron promovidos por el propio ayuntamiento con una finalidad social y un compromiso con la revitalización de la ciudad.
Datos que ponen de manifiesto la diferencia entre estas dos políticas municipales
Sobre el Triangulo de Oro, con una superficie de 17.200 doscientos metros cuadrados, se construyeron 50 viviendas de promoción pública (EMV), un polideportivo de 7.132 metros cuadrados, zonas verdes y aparcamientos. Todo ello financiado por el ayuntamiento. La finalidad última de esta operación era la de facilitar a través del realojo en régimen de alquiler de familias residentes en infraviviendas en Tetuán para facilitar la gran operación de Barrios en Remodelación y dotar de un polideportivo a una zona de Madrid deficitaria de todo tipo equipamientos y servicios sociales.
En la Plaza de la Remonta, con una superficie de 41.900 metros cuadrados, se construyeron 132 viviendas de promoción pública (EMV), un Instituto de Enseñanza Media para 2.000 alumnos (Ministerio de Educación y Ciencia), un Centro Socio Cultural de 1.375 metros cuadrados (Ayuntamiento de Madrid), un polideportivo municipal de 4.200 metros cuadrados, una galería comercial y una Comisaría de Policía (Ministerio del Interior). Un ejemplo todo ello de colaboración finalista entre las administraciones públicas a través de los correspondientes convenios, incluyendo al sector privado en los espacios comerciales.
Dos operaciones significativas en las que se aprovecha la oportunidad que ofrece el patrimonio de suelo público, en lugares estratégicos de la ciudad, para dar respuesta a las demandas y anhelos de los ciudadanos y enriquecer la trama urbana.
Confrontemos estos ejemplos de actuación del gobierno municipal para mostrar de forma evidente que no es lo mismo la derecha que la izquierda. Tengámoslo en cuenta al votar en las próximas elecciones del mes de mayo.
Publicado en Actualidad/Opinión
Etiquetado 2015, Club Debates Urbanos, Mangada, Privatización
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Recuerdo de Bernardo Secchi_Luis Moya
Luis Moya, socio del Club de Debates Urbanos, publicó recientemente en el último número de Ciudad y Territorio un texto de recuerdo de Bernardo Secchi, último socio de honor del Club de Debates Urbanos. Lo reproducimos aquí
Bernardo Secchi, un urbanista distinguido contra la distinción espacial
Bernardo Secchi ha fallecido en septiembre de 2014, justo un año después de la publicación de su libro «La città dei ricchi e la cittá dei poveri» (Ed. Laterza, 2013; actualmente el Club de Debates Urbanos prepara la edición en español junto con Ediciones La Catarata). Vino a presentarlo a Madrid en junio de este año, y nos dio la oportunidad a un grupo de amigos, de comer con él, lo cual aprovechamos para hablar extensamente sobre este libro, los anteriores y su trayectoria académica y profesional muy vinculada a Madrid. En efecto en los años 1980 fue asesor del Plan General de Madrid aprobado en 1985, dirigido por Eduardo Mangada y Eduardo Leira, y desde entonces ha sido un habitual del urbanismo español por el que mostraba un gran interés.
Su pensamiento crítico le llevaba a plantear soluciones enormemente inteligentes y prácticas, no muy usuales en un país como Italia donde la madeja de normas, planes y contra- planes, y con una Administración muy compleja, no facilita esta trayectoria. Su libro, Prima lezione di urbanística. Ed. Laterza, 2000, es una verdadera lección que aprendimos
para entender el urbanismo que había dejado de ser hace tiempo una cuestión de Estado para convertirse en una continua negociación con los entes privados: «La ciudad contemporánea con su carácter inestable y perenne- mente inacabado, pide un cambio (…) la duda, la exploración, la experimentación; necesita proyectos mucho más abiertos y dispositivos más articulados y estratificados (…). Antes de traducirse en prescripciones, antes de sujetarse a un plan, el proyecto de la ciudad debe constituirse como una carta en la que se recoja un acuerdo entre la Administración y los ciudadanos». La flexibilidad y la estrategia son los modos de organizar y coordinar en el tiempo a un conjunto de autores autónomos, que junto a los escenarios parcia- les entendidos como proyectos posibles que convienen a los actores actuales, son lanza- dos como hipótesis condicionadas a que ocurran determinados hechos. Es decir la clave que nos proporciona este libro, con todos sus matices e instrumentos que la acompañan, es la búsqueda de lo probable como método heurístico frente a la rigidez y el programa como anticipación del futuro.
Su último libro, citado más arriba, sostiene una tesis original: el distinguirse de los demás no es una consecuencia de otros objetivos como el dinero o el poder, sino una causa que genera diferencias materiales, sociales y económicas. Entre ellas y de las más visibles es su traducción espacial en las ciudades y el territorio. Frente a los que piensan que la desigualdad social de las ciudades sólo se combate con políticas económicas y sociales, Secchi sostiene que «la urbanística tiene una fuerte y precisa responsabilidad en el agravamiento de las desigualdades, y que el proyecto de la ciudad debe ser uno de los puntos de partida de toda política que tienda a su eliminación o a combatirla». El breve libro que ahora comentamos es en realidad la conclusión de sus anteriores «Il recontó urbanístico» 1984, «Prima lezione di urbanística», 2000, y «La città del ventesimo secolo«, 2005, dentro de una gran coherencia intelectual y ética. Incluso como madrileños podemos añadir que su participación debió ser definitiva para alcanzar uno de los objetivos básicos del Plan General de 1985 como fue el reequilibrio de una ciudad claramente distinta entre el norte rico y el sur pobre.
El texto explica el significado profundo de los términos principales de la tesis de Secchi; además evidentemente del significado de rico y pobre superando la obviedad de su uso vulgar, los de distinción, exclusión, separación espacial, tolerancia, tradición, y también términos hoy frecuentemente utilizados de maneras diversa como ghetto o gate community. Para ello pone ejemplos concretos de ciudades o territorio en los que él ha investigado.
El libro también es rico porque se trata de una reflexión personal que trata de explicarse y explicarnos los motivos que han llevado a la situación de la distinción espacial. Entre ellos destaco, por su contundencia, el miedo ancestral al otro y su geografía consecuente, «El miedo desarrolla la intolerancia, rompe la solidaridad y disgrega la sociedad, sustituye la ciudadanía y la virtud cívica». Estamos siendo testigos de la paulatina pérdida del Welfare state, o estado de bienestar, como una acción común, para ser sustituido por la Good Life, o buena vida, basada en el individualismo y el consumo. Es la consecuencia de la corriente económica neoliberal que conduce a los grupos cerrados o en su caso al familiarismo arraigado. Parece que el teórico ahorro energético basado en la tecnología, colma las viejas metas de la solidaridad, la vida en comunidad y la austeridad. Estamos en una época en la que la racionalidad se considera un valor lastrante frente a la emotividad y los sentimientos o mejor sentimentalismos. Es muy interesante las diferencias que marca entre el urbanismo Norteamericano y el Europeo cuando describe sus respectivas trayectorias, especialmente durante el S XX. La tradición europea ha intentado reducir la desigualdades dando a la vivienda y a los equipamientos un objetivo de redistribución de la riqueza junto con otras medidas espaciales, jurídicas e institucionales, en una constante búsqueda de «comment vivre ensemble» en el espacio cotidiano, al que se le ha dedicado una particular atención. Frente a ello nos va inundando en los últimos años, una idea, siempre mantenida al otro lado del Atlántico de que «…el crecimiento y el desarrollo se extienden en el tiempo como una mancha de aceite, impregnando las diversas regiones, los diversos grupos sociales e individuos, y asegurando siempre similar nivel de bienestar…», lo cual Secchi des- monta razonadamente.
Afortunadamente que existen libros como el de Bernardo Secchi que defienden una forma de pensar que puede conducir, por el conocimiento, a un futuro mejor. Aprovecho este recordatorio para devolverle el simpático comentario que me hizo durante la comida de junio, sobre mi parecido físico a Ítalo Calvino al que encontraba frecuentemente en el barrio de Milán donde vivían ambos; pues bien él me recuerda en su pensamiento universal, su sentido de la justicia social, su tolerancia, su claridad y amenidad para expresarlo, al famoso escritor Stefan Zweig, austriaco, autor del libro «El mundo de ayer», en defensa de la cultura europea, que no cejó de exponer sus ideas a pesar de la persecución irracional que sufrió por el nazismo. La frase que acompaño, que tuvo lugar en un contexto muy diferente, sin embargo expresa una idea que quizá pudo compartir Bernardo Secchi.
«Creo que es mejor finalizar en un buen momento y de pie, una vida en la cual la labor intelectual significó el gozo más puro, y la libertad personal el bien más preciado sobre la Tierra.» Stefan Zweig
Luis Moya
Publicado en Actualidad/Opinión
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Indroducción al DEBATE: ¿CUANTA DESIGUALDAD PODEMOS AGUANTAR?_gráficos
Publicamos algunos gráficos explicativos complementarios al análisis previo el debate que hace Francisco Lopez Groh aquí
Publicado en Actualidad/Opinión
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Introducción al DEBATE: ¿CUANTA DESIGUALDAD PODEMOS AGUANTAR?_López Groh
Introducción al debate
Tratando con dos textos: Le Capital au XXIe Siècle de Tomás Piketty y La Città dei ricchi y la città dei poveri de Bernardo Secchi
Las manifestaciones y ocupaciones del espacio público que se produjeron en numerosos países a raíz de la crisis financiera que se inicia en el 2007 tuvieron como eslogan el lema de “somos el 99%”. Esta consigna, que evoca como problema y antagonismo la concentración de la riqueza en manos del 1% tuvo la virtud de poner en valor los diversos análisis que se llevaban realizando sobre la concentración de la riqueza (y su correlato, la desigualdad) en las economías avanzadas transformándolos en movilización colectiva, sacando a la plaza pública lo que, hasta entonces, permanecía en los ordenadores de las universidades, al convertirse en un factor de movilización social y alternativa política.
Recientemente, un libro que trata de la desigualdad “Le Capital au XXIe siècle”, de Thomas Piketty, publicado inicialmente en Francia [1], y traducido a diversas lenguas se ha convertido en un auténtico bestseller [2]. Este imponente texto de más de seiscientas páginas, recoge la evolución de la desigualdad a lo largo de un período muy amplio, cerca de tres siglos, y para un numeroso grupo de países, describiendo la evolución de distintas formas de acumulación de la riqueza por medio de una amplia base empírica, sosteniendo a la vez diversas tesis (leyes según Piketty) entre las cuales una de la más significativas es la tendencia en el capitalismo a la concentración de la riqueza y la agudización de la desigualdad, proponiendo algunas medidas de carácter fiscal destinadas a atenuarla.
El texto ha suscitado furiosos ataques de la prensa económica (neo)liberal [3], tanto en las medidas propuestas (expoliación de los ricos, catástrofe para el crecimiento…) como en la consistencia de los propios datos, el aplauso del sector liberal-socialdemócrata americano [4], y la puesta en cuestión de las bases teóricas del mismo por economistas de corrientes diversas del pensamiento económico: neomarxistas, poskeynesianos o institucionalizas [5]; así como numerosos debates públicos [6] y hasta un número monográfico de la revista “Real World Economics Review” [7].
Casi simultáneamente se publicaba en Italia “La Città dei Ricchi e la Città dei Poveri” de Bernardo Secchi [8], recientemente fallecido y socio de honor del CDU, que desarrolla un extenso análisis en el tiempo y la geografía de los mecanismos urbanos de la desigualdad sosteniendo “una hipótesis (…) que el urbanismo tiene fuertes y precisas responsabilidades en el empeoramiento de la desigualdad y que el proyecto de la ciudad debe ser uno de los puntos de partida de cualquier política dirigida a su eliminación o rechazo”
El debate que se propone nació inicialmente de un intento de asociar ambos textos en un intento de articular la cada vez mayor constatación de la desigualdad económica y social con la percibida (y compleja) desigualdad urbana. A lo largo de la preparación de este debate, este proyecto sufrió diversos cambios como resultado de los cuales se acabó configurando el formato actual.
Desde los inicios de estas discusiones previas (que muestran en parte la enorme amplitud del debate y un cierto desfallecimiento ante el objetivo emprendido) fue afianzándose la idea de poner el foco en aquellos aspectos en los que la desigualdad tenía su expresión en la ciudad, tal como se pretende en definitiva conducir el debate.
Esta cuestión es relevante porque, al menos en su programa implícito, el urbanismo ha enarbolado siempre la bandera de la igualdad espacial, a veces, quizás ingenuamente, como alivio o contraposición a la desigualdad económico-social. Alternativamente sin embargo cabe preguntarse también que efectos ha tenido en la conformación de la ciudad la evolución de los procesos económicos de carácter macro (diría el que escribe el proceso de reproducción ampliada del capital) y la forma en que estos procesos han utilizado las ciudades para sustentar/reforzar/alterar las condiciones del mismo, que por desigual no podía por menos que reflejarse en la ciudad [9]. La ciudad no sólo ha “reflejado” en su estructura espacial la desigualdad socioeconómica, sino que ha sido ella misma (su gobierno) productora de desigualdad.
Mientras dormíamos
Pero hay algo además que llama la atención en el impacto que ha producido El Capital en el siglo XXI. Como muchos analistas han indicado, los estudios acerca de la desigualdad no son nuevos. El propio Piketty y sus colaboradores (principalmente Emmanuel Sáez) llevaban largo tiempo trabajando sobre el tema, montando entre otras cosas una colosal base de datos pública de consulta imprescindible (creo) para cualquier interesado en el tema. Analistas como Duménil y Lévy, Atkinson, Milanovic, Galbraith, Wilkinson y Picket, Sitiglitz… por citar sólo los más recientes, o instituciones como The CCPA’s Growing Gap de Canadá llevan ocupándose del tema largo tiempo, y el reciente libro del Club de Debates Urbanos [10], da cuenta también de la preocupación por los efectos espaciales de la desigualdad.
Si bien en los laboratorios, a veces marginales, de las universidades y centros de estudios se escrutaban los datos analizando la evolución de la desigualdad, sus causas y los procesos que la sustentaban (y como no de las políticas que se enfrentaban a ella) la sociedad pública, los ciudadanos, sus representantes políticos, los medios de comunicación habían arrinconado esta cuestión. Emocionados primero por la lluvia de bienes que esperaban de la desregulación financiera, de la apertura del sector público al negocio privado, y, después, absorbidos por la burbuja financiero-inmobiliaria, y el chorro de crédito (deuda) que caía sobre nuestro país, ofuscados por la hegemonía del pensamiento “de mercado”, sólo percibían el incremento de la riqueza por doquier y la celebración de la misma con todo tipo de monumentos exagerados cuando no terroríficos en su avasalladora presencia. Así que como decía aquella famosa canción triste (Les feuilles mortes) la desigualdad creció “tout doucement sans faire de bruit”. Una desigualdad que crecía precisamente cuando (aparentemente) crecíamos y que ahora, en la crisis se vuelve aún más dura.
Pero la crisis financiera terminó también con este sordo consenso. El derrumbe del sector inmobiliario en nuestro país, el fulgurante aumento del paro, la angustia de las clases medias amenazadas de empobrecimiento, desveló el espectro. Los ciudadanos percibieron que las grandes empresas y “los ricos” se comportaban de forma especulativa y ratera y que además debían ser “rescatados” con el esfuerzo de todos y que la concentración de la riqueza (y de las empresas) se reflejaba en los gobiernos, que sostenían políticas fiscales, laborales y otras que favorecían el incremento de la desigualdad.
Pero hay que preguntarse por qué nos dormimos, por qué el impulso redistributivo de los primeros tiempos de la democracia se fue apagando, cómo la famosa consigna del “enriqueceos” prendió con tanta facilidad en la sociedad.
La persistencia de la desigualdad
Y ahora, al observar los datos, al mirar nuestras ciudades, nuestros barrios no sólo se revela la magnitud de la desigualdad, sino su persistencia, el tenaz (y a veces agravado) mantenimiento de la desigualdad, fijada muchas veces en los mismos lugares donde “se inició”: los ricos en sus barrios, los pobres en los suyos… Y en medio, a veces, fronteras, muros, dispositivos de diferenciación física (Secchi). Mismos (o casi) barrios con diferentes contenidos donde los trabajadores y capas bajas han sido sustituidos por emigrantes y precarios, donde han cambiado las actividades, las formas familiares, los sistemas de cohesión y empoderamiento y donde se ha producido una notable pérdida de derechos, incluido el denominado derecho a la ciudad: pérdida de servicios, pérdida de comunes…hasta que la ciudadanía se ha revuelto contra esta situación.
¿Cuánta desigualdad podemos soportar? [11]
La creencia en un crecimiento sin límites, en la idea de que ésta acabaría “filtrándose” a todos, en el ciclo imparable del consumo, de la “riqueza” que proporcionaba la subida imparable de los precios de vivienda, se vino abajo en 2007. Y grupos de jóvenes pillados en la trampa del derrumbe de la burbuja se levantaron y ocuparon la Puerta del Sol, Wall Street y multitud de plazas y lugares simbólicos en todo el mundo. Y de golpe aquel sistema desveló ante los ojos de todos su inestabilidad primigenia (su insostenibilidad dirán otros) y la desigualdad, más allá connotaciones morales se reveló insoportable, antidemocrática y dañina para la economía.
Esta revelación pública del daño que la desigualdad puede hacer a nuestras sociedades no es obvia. De hecho ha sido necesaria una recesión de magnitud catastrófica para que dicho daño se hiciera evidente. Conservadores y liberales han celebrado la desigualdad como “necesaria” para premiar ciertas habilidades o talentos y han sostenido (contra toda evidencia en contrario) que la riqueza se difundía hacia abajo (trickle down economics) favoreciendo el conjunto de la sociedad. Margaret Thatcher dijo “es nuestra tarea enorgullecernos de la desigualdad”. Todavía en 2004, Robert Lucas, premio Nobel de economía afirmaba: «De las tendencias que son perjudiciales para una economía saludable, la más seductora, y en mi opinión, la más venenosa, es centrarse en las cuestiones de la redistribución (de la renta)» y Joaquín Leguina en una tribuna en el diario “El Mundo” (“Toda mejora empeora”) afirmaba acerca de la “ficción de la igualdad” que “la única forma de interpretar la igualdad es como igualdad de oportunidades, pues las distinciones entre las personas son necesarias para que la sociedad funcione”.
Pero los hechos han desmentido esta celebración de la desigualdad. La desigualdad no es sólo moralmente rechazable sino que amenaza nuestras libertades, nuestro bienestar, nuestro acceso al trabajo y a salarios dignos, e incluso la propia estabilidad macroeconómica. Cabe preguntarse por lo tanto con urgencia acerca de los “dispositivos” para combatirla.
Combatiendo la desigualdad: más preguntas que respuestas
De forma que, más allá de constatar con los datos empíricos en la mano el alcance de la desigualdad hay muchas preguntas que hacerse respecto a los dispositivos para atacarla: dispositivos económicos, políticos y cómo no espaciales.
Decía un miembro del Club en las discusiones previas a esta convocatoria que la batalla contra la desigualdad estaba aquí en la ciudad, que era en la ciudad donde los “15eme” se habían levantado y ocupado las plazas y que aquí está el campo de batalla. Y el de la conversación se podría añadir, conversación sobre las causas de la desigualdad (apenas esbozadas por Piketty) sus efectos (¿podemos soportarla?) y las formas de combatirla.
Conversación de la que indiciariamente se pueden plantear de entrada algunas cuestiones:
a) ¿Dónde se inicia el fatal proceso de desigualdad? ¿Cuántos y apilados distintos dispositivos, de la escuela a la empresa, de los salarios a los sistemas de impuestos a la forma en que la democracia es ejercida, favorecen este proceso?
b) ¿Son suficientes o siquiera eficaces las políticas redistributivas actuales en los países europeos (con sus diferencias) para enfrentar el problema de la desigualdad o quizá es necesario poner el acento en las políticas pre-distributivas (de los salarios a la democracia en la empresa)?
c) ¿Cómo son los dispositivos a través de los cuales la desigualdad estructural del modelo de acumulación “maneja” la ciudad produciendo/reproduciendo desigualdad? ¿Cómo es utilizada la desigualdad urbana para producir más desigualdad? ¿Es consistente la idea (Secchi) de que “el urbanismo tiene fuertes y precisas responsabilidades en el empeoramiento de la desigualdad”?
d) ¿Por qué han fallado o se han quedado obsoletos los dispositivos de la planificación urbana que pretendían atenuar la desigualdad desde el punto de vista espacial?
e) Ante la amenazante escalada de la desigualdad y la expropiación de bienes comunes (espacios, servicios…) ¿Con qué dispositivos cuenta la ciudadanía para construir una ciudad más justa?
Francisco López Groh
[1] Recientemente publicado en España por la editorial Siglo XXI España 2014.
[2] Pero tampoco hay que engañarse. El libro ha roto el récord del texto con menos páginas leídas (2,4%) según Amazon, que hasta el momento ostentaba “Breve historia del tiempo” de Hawking. (https://www.google.es/?gws_rd=ssl#q=breve+historia+del+tiempo) (debo esta curiosa noticia al irónico final del texto de Robert Wade :“The Piketty phenomenon and the future of inequality”)
[3] Especialmente batallador han sido el Financial Times
[4] Por la relevancia de los participantes se incluye aquí como ejemplo el debate realizado en el Graduate Center.de la City University of New York, con la asistencia de Stiglitz, Krugman y Steven Durlauf y moderado por Branco Milanovic:
[5] Por ejemplo Galbraith, Hudson, Husson, Boyer, Kliman…etc. Y
[6] Uno de ellos, que debiera suscitar nuestra envidia, realizado en el Senado de Italia
[7] Real World Economics Review, Número especial “On Pikkety’s Capital”nº 69 Octubre 2014.
[8] De próxima publicación en Castellano por la editorial La Catarata con la colaboración del CDU
[9] Ver por ejemplo Harvey, Sassen, entre otros
[10] CLUB DE DEBATES URBANOS “Madrid Materia de Debate” en especial el capítulo 7 del volumen IV, artículos de Félix Arias, Concha Denche, Julio Alguacil y otros
[11] El título de este apartado hace referencia a una frase del documental Inequality for all, basado en un curso del exsecretario de Estado de Trabajo con Bill Clinton Robert Reich. El documental (vídeo) está disponible en Youtube en: https://www.youtube.com/watch?v=0NdDupITDv8, y subtitulado (sin títulos de crédito) en https://www.youtube.com/watch?v=kA4nev93xY4
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DEBATE: ¿CUANTA DESIGUALDAD PODEMOS AGUANTAR?
Intervienen:
Félix Arias. Arquitecto
Jesús Gago. Arquitecto
Francisco López Groh. Urbanista
Eduardo Mangada. Arquitecto
Presenta y modera: Carlos Berzosa Catedrático de Economía Aplicada de UCM
Fecha: Martes 25 de noviembre a las 19:30 h.
Lugar: Sala Ramón Gómez de la Serna. Círculo de Bellas Artes. Madrid
Puedes descargarte la invitación aqui
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