(Nota sobre el reciente debate de los responsables de urbanismo de las candidaturas al Ayuntamiento de Madrid en el CDU)
El responsable del área de Desarrollo Urbano Sostenible del Ayuntamiento de Madrid, José Manuel Clavo, realizó una sorprendente afirmación en el debate del miércoles 22 organizado por el Club de Debates Urbanos cuando se debatía el apartado de políticas de vivienda: “Hemos llegado tarde a la vivienda pública”(¿) trayendo a colación como no podía ser menos el caso de Alemania. Tiene gracia que sistemáticamente se ponga de ejemplo en un país perteneciente al grupo de los PIGS al gobierno (o de forma más amplia a la mittel-europa) cuya política económica (ordoliberalismo) y su poder en Europa han contribuido decisivamente a la situación en la que nos encontramos, precariedad y problemas de vivienda incluidos. No deja de sorprenderme esta afición a “copiar” políticas de otros países sin reflexionar acerca del papel que tiene dicha política en la estructura o la política económica de cada país. Al margen de la “inocencia” con la que a veces se describen dichas políticas.
Pero no es ese el asunto. Ni siquiera el hecho de que el parque público de vivienda en alquiler en Alemania haya sido disminuido o puesto en manos de operadores privados en una importante proporción (Aalbers y Holm). Esto de “llegar tarde” suena a naturalismo económico. Pero sobre todo insta a abandonar el objetivo de promover y sostener un consistente parque de vivienda pública: si llegamos tarde ¿para qué ponernos a ello? Calvo lo tiene claro: el problema estructural es el control de precios de alquiler de la vivienda privada. Como he comentado recientemente a mi modo de ver esta obsesión, esta línea de intervención –necesaria en algunos casos pero de compleja instrumentación y confusos efectos- está haciendo de velo ante la desidia y/o la incompetencia en promover vivienda pública en la mejor tradición de la ideología. Porque si “hemos llegado tarde” lo que se me ocurre es que habrá que correr más, lo que quiere decir ni más ni menos que dedicar más recursos financieros y humanos y desde luego tantear las diversas y complementarias formas de conseguir un parque ecológico (no en el sentido ambiental aunque también) de vivienda pública, tal como planteó en el citado debate el representante de Madrid en Pie Sánchez Mato. “Llegar tarde” requiere un esfuerzo suplementario en innovación: legal, financiera, y de gestión.
El problema social estructural, especialmente en un contexto de desvalorización de la fuerza de trabajo y de inflación de activos inmobiliarios en las grandes ciudades, es la existencia (el desarrollo) de un parque consistente de vivienda pública en alquiler.
Hay un ejemplo próximo en relación a esta cuestión: el cambio de la política de la empresa de vivienda pública de Euskadi, VISESA, que por mandato de la Ley de vivienda de 2015, dejará de promover vivienda protegida en régimen de propiedad para dedicar sus recursos a la vivienda pública en alquiler. Desde que se inició la actual legislatura el 56% de las viviendas de VISESA ha sido en régimen de alquiler y para el 2020 la totalidad de las viviendas desarrolladas deberán ser en este régimen. Al parecer no es tan tarde.
Mientras tato seguimos damos vueltas al intento de controlar el mercado, una tradición que ha mostrado repetidamente su fracaso.
Una respuesta a ¿LLEGAR TARDE? O MÁS VALE TARDE QUE NUNCA… ,por Francisco López Groh