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Fiesta del Solsticio: Homenaje a Bernardo Secchi. «Las condiciones han cambiado»
Continuamos con el homenaje a Bernardo Secchi por ser nuestro socio de honor en la Fiesta del Solsticio 2014, esta vez con un articulo publicado por el profesor Secchi en Cassabella en 1984, «Las condiciones han cambiado», que incluimos traducido por Francisco López Groh que también escribe un texto introductorio.
Viene este texto a completar los dos publicados anteriormente de Jesus Gago sobre «Lo spreco edilicio«, y»Il raconto urbanístico«
Las condiciones han cambiado (de nuevo)
Aprovechando la ocasión que brinda el nombramiento de socio de honor del Club de Debates Urbanos del profesor Bernardo Secchi, se reproduce aquí un artículo suyo publicado en la revista Casabella en el año 1984. El título de esta “reseña” responde a la renovada actualidad de las consideraciones que, salvando las diferencias, se planteaban en aquel texto. El artículo se escribió en un marco histórico de transformación de gran magnitud. A finales de los años setenta y principios de los ochenta, un modelo de organización económico, política y social que se ha dado en llamar fordismo o taylo-fordismo ( los “treinta gloriosos”), sufría una crisis sistémica de gran magnitud. La combinación de problemas estructurales de acumulación y la presión de los trabajadores en defensa del precio de la fuerza de trabajo, además de otros colapsos particulares, transformaron radicalmente el panorama de los países avanzados dando entrada a un nuevo modelo de acumulación que ha sido nombrado de diferentes formas: “especialización flexible”, “neoliberalismo” … El texto de Secchi (contemporáneo de un texto fundamental del mismo autor “Il Racconto Urbanistico”) reflexiona sobre el impacto que aquellos cambios, apenas esbozados, tuvieron en la ciudad y el territorio, centrándose en la fase que va del inicio de la crisis a finales de los años sesenta, hasta los ochenta, incidiendo sobre los desafíos que se planteaban para la teoría y la práctica urbanística.
No es arriesgado afirmar que estamos en una situación similar a aquella, aunque diferente. Las condiciones han cambiado de nuevo, y los problemas y el método de afrontarlos también. Cualquiera puede ver en este texto diferencias y similitudes con la situación actual
Secchi trata en el texto numerosos aspectos económicos, políticos y espaciales de la transformación que se estaba produciendo y constataba como la quiebra de aquel modelo dejaba “heridas” por decirlo de algún modo que constituían un problema importante para la reconstrucción de la ciudad.
Secchi describe algunas de estos nuevos fenómenos y sus efectos en la ciudad y el territorio, la detención de los flujos migratorios, la ralentización d la edificación, la deslocalización… Pero llama la atención sobre todo por el fin de un tipo de experiencia, económica y espacial, que había regulado el ciclo precedente, el crecimiento:
“La experiencia fundamental a partir de la cual se ha construido en los últimos años el problema urbanístico es por tanto una experiencia de progresiva interrupción del crecimiento urbano y de progresiva dispersión. En el espacio físico, en el del poder y en el de la justicia. Es por muchos motivos una experiencia opuesta a la que se encuentra en los orígenes del programa de investigación del urbanismo y de la arquitectura moderna”
Lo que tiene su reflejo en la ciudad:
“El espacio en el que viviremos los próximos decenios está en gran parte construido. El tema es ahora el de darle sentido y futuro por medio de continuas modificaciones de la ciudad, del territorio, de los materiales existentes, lo que implica una modificación de nuestros métodos proyectuales que nos permita recuperar la capacidad de ver, prever y controlar. “
Visto desde hoy llama la atención cómo esta visión quedó radicalmente trastocada (especialmente en España, pero no sólo) por un nuevo ciclo de crecimiento desorbitado, apoyado esta vez, a diferencia del anterior, precisamente en el sector (o sectores) cuya parálisis era más patente en aquellos años 80. La ciudad, lo inmobiliario, fueron precisamente los impulsores de este crecimiento, de la mano de un artefacto ilusorio, la financiarización de la economía y la expansión vertiginosa del crédito. El gobierno de La Ciudad (y el territorio), que se había volcado al manejo de las rentas diferenciales, a la recuperación de lo construido, a las operaciones de remodelación de espacios obsoletos donde podían extraerse rentas de posición, se volcó hacia una nueva oleada de ocupación vertiginosa de suelo. Hasta la momentánea vuelta al “proyecto urbano” y la “escala media” fue arrollada por este nuevo “taylorimo promotor” fomentado por una inyección de crédito sin precedentes.
La brusca interrupción d este ciclo nos ha devuelto en parte el escenario observado por Secchi en los años 80: Hoy de nuevo:
“Las periferias metropolitanas (no sólo) están llenas de proyectos no acabados que han rociado el territorio de puntos de demanda y de respuestas no pedidas»
¿Hasta cuándo?
FLG
Las condiciones han cambiado
Bernardo Secchi
Casabella 1984
“Las condiciones han cambiado: proyectar significa hoy afrontar problemas, utilizar métodos, expresar intenciones, diferentes a las de un pasado todavía reciente. Me gustaría describir el cambio: lo que revelan las pistas, a qué está asociado, de dónde nace, quizás incluso por qué está determinado. Más difícil resulta en cambio hacer juicios respecto a los resultados.
Proyecto es un término amplio: aquí me interesa aquello que se refiere al espacio físico. El motivo para ocuparse de ello, no me parece que esté ligado a una moda cultural, sino a aquello que afecta a las más profundas estructuras sociales y económicas de los países occidentales y que tiene un reflejo evidente en la ciudad y el territorio.
Es difícil decir de que está´ hecho ese algo: en su interior hay fenómenos y experiencias diversas: la detención de los flujos migratorios, del crecimiento de las grandes ciudades, la ralentización de la edificación en las áreas urbanas y su traslado a otros lugares dispersos, la deslocalización industrial, el progresivo surgimiento del campo urbanizado, la industrialización difusa, la extensión del paisaje de las periferias metropolitanas.
En el fondo hay un cambio de las relaciones entre los sectores industrial-urbanos y los sectores rurales proveedores de materias primas; el cambio de los precios relativos de los respectivos productos, de la estructura general de precios, el fin de una fase de intensa proletarización de la fuerza de trabajo, cambios tecnológicos, la descomposición de los ciclos productivos, el descubrimiento de un mercado de trabajo configurado también del lado de la oferta, el descubrimiento de la “complejidad y las contradicciones”, en la sociedad, en la ciudad y en la arquitectura, del localismo, de la apertura quizás de un nuevo ciclo de acumulación.
En la superficie hay cambios, en algunos casos dramáticos, en la ocupación del suelo: las grandes áreas industriales abandonadas, los vacíos que, de improviso, se han formado en los tejidos densos y compactos, la formación de periferias internas, la ocupación por parte de las actividades terciarias de amplias áreas residenciales, la incoherencia entre la localización de los servicios sociales y la de sus usuarios, la disolución de la oposición entre ciudad y campo, entre centro y periferia.
Inmediatamente bajo la superficie una miríada de acontecimientos sociales, de identidades de grupo, de discursos, de acciones de cambio político, de conflictos, de políticas, de proyectos y estrategias individuales y colectivas.
Pero en el territorio y en el tiempo, en las diversas situaciones locales, esta colección de fenómenos no se ha dispuesto como en el espacio y la secuencia de esta página escrita. Asociaciones y secuencias, intensidad e importancia han sido cada vez diferentes. Y por ello se ha tardado en reconocer el giro al que estábamos asistiendo y en comprender las consecuencias para el proyecto de la arquitectura y el urbanismo. Intentaré describir algunas.
La experiencia a partir de la cual la arquitectura y sobre todo el urbanismo se han dado una constitución es una experiencia de crecimiento, quizás la única o principal hipótesis fundamental de la modernidad: de crecimiento de la ciudad, del suelo edificado en torno a ella, de algo nuevo que continuamente se añade a lo preexistente, hasta sumergirlo, sustituirlo, transformarlo, y eventualmente negarlo. El crecimiento ha sido durante mucho tiempo concentración: en el espacio físico, en el del poder y en el de la justicia. Concentración del trabajo en la fábrica, de la población en la ciudad, del dominio de una clase, de premios y castigos en grupos sociales diversos. Aparece sobre todo ligado a la manifestación de una nueva estructura de relaciones sociales, determinada incluso en cada detalle.
Las intenciones proyectuales del urbanismo y de la arquitectura moderna se ocupan sobre todo del crecimiento: la ciudad en expansión y sus elementos, los “siedlungen”, las nuevas implantaciones, los barrios; la expansión de la ciudad en el campo y su transformación, las ciudades jardín, las “villes nouvelles”; los nuevos objetos arquitectónicos destinados a estructurar el espacio. Todo ello se configuraba fundamentalmente como intento de dominio de la transformación, como la voluntad de que lo nuevo se adaptara a un orden previsto, como visión anticipada de lo que todavía no existe y que puede ser nominado de forma diferente.
Urbanismo y arquitectura moderna se convierten así en un programa de investigación científica: intento de reelaborar los datos de la experiencia dentro de una estructura teórica y técnica en grado de prever y por tanto dominar el flujo de los sucesos y la estructura de relaciones que se producen entre ellos.
El progresivo abstraerse del Urbanismo moderno de las propiedades físicas, materiales y formales de los objetos que rellenan su campo de observación, el progresivo traslado del centro de atención de la estructura morfológica de la ciudad y el territorio a la económica y social, la transformación del urbanista en economista, sociólogo, historiador, filósofo, están íntimamente ligados a la experiencia del crecimiento, a esta fundamental experiencia de lo nuevo, del sobrevenir de algo que se añade a lo existente que ha marcado el mundo occidental en los últimos dos siglos.
Las modalidades concretas a través de las cuales esto ha sucedido han sido el recuso a una concepción holística de la sociedad y la ciudad, a la afirmación de la irreductibilidad del todo a las partes, del interés general al individual. Ha nacido un medio de proyectar en el cual la atención se ha puesto en argumentos de carácter universal, en el descubrimiento de relaciones estables en el largo plazo, en la definición de tipos, en la serie, en la repetición. Cada proyecto de arquitectura y urbanismo ha asumido un papel demostrativo, aspirando a un contenido de verdad que sobrepasara la situación concreta local y la particular contingencia histórica en la que había sido producido. Por eso el urbanismo se ha hecho relato, recurriendo en particular a grandes estructuras narrativas: la historia de la ciudad industrial, epifanía de las más estables estructuras de la sociedad, ha sido narrada como la del empeoramiento, y la tarea del urbanista como la del que trabaja por mejorarla. Esto ha conseguido dar identidad a los sujetos sociales, a los antagonistas y a los aliados, a los obstáculos, a los procedimientos de interacción social, a concebir el crecimiento como asociado a una contienda, un conflicto, un juego de decisiones cuyo resultado debe ser buscado, proyectado, ya que no está garantizado de antemano.
Quizás es incauto avanzar hipótesis tan agregadas. La historia de la arquitectura y el urbanismo moderno son más ricas, complejas, polivalentes, en cierto sentido más ambiguas, de lo que se ha dicho en las líneas precedentes. Pero la irrupción del crecimiento las ha dominado, eventualmente como pesadilla, como referencia negativa, así como ha dominado otras áreas disciplinares que se han constituido simultáneamente como la economía política.
La interrupción de la concentración y el crecimiento urbano ha sido un acontecimiento que ha sido percibido con cierta lentitud. Si se observa la superficie de los acontecimientos tal como se pueden percibir en nuestro país, al inicio de los años 60 vivimos el paso de una fase de desarrollo “extensivo” durante la cual el aumento de la producción agregada se acompañaba de un sensible aumento de la ocupación, a una fase de desarrollo “intensivo” en la cual, al contrario, la producción aumenta utilizando técnicas ahorradoras de trabajo. Naturalmente, estos movimientos son el resultado de modificaciones articuladas de las técnicas de cada sector, de la composición sectorial del output total y de las relaciones entre los diversos grupos de interés. De ello resultó una primera paralización de los flujos migratorios, del traslado de la fuerza de trabajo de la agricultura a la industria, del campo a la ciudad, del sur al norte, del pequeño al gran centro, de la pequeña empresa atrasada a la grande y moderna. Lo que dio lugar, algunos años después, a una drástica modificación de la estructura demográfica de las grandes ciudades.
Pero la expansión de las grandes ciudades no se ralentizó por esto. Las condiciones de vivienda son tales como para justificar todavía intensos programas de edificación. La administración pública se propone como guía de esta nueva expansión: los grandes barrios de vivienda pública, el diseño de las partes más extensas de la ciudad moderna, son posteriores a aquella primera fase.
A finales de los años sesenta se inician intensos procesos de descentralización productiva, de deslocalización industrial, de industrialización difusa, de formación de un extenso campo urbanizado. Finalmente, a finales de los años 70 se produce un nuevo cambio de las técnicas productivas: éste viene presentado con los tonos y acentos de lo “maravilloso”, pero la realidad es quizás más interesante. Se cierra una fase en la cual las modalidades de organización taylorista de la producción implicaban que cantidades sensibles y crecientes de suelo fueran asociadas a cada porción de trabajo, en la cual, el lay-out de cada ciclo productivo era pensado en un espacio en cualquier caso ampliable, y se abre otra, en la cual, al contrario, la producción se hace un fenómeno menos aparente, que ocupa espacios cada vez más pequeños y que por lo tanto se puede fácilmente ubicar de forma dispersa en los intersticios de los tejidos rurales existentes.
La interrupción del crecimiento urbano, de la ocupación de suelo en torno a las grandes ciudades, la dispersión espacial de la producción, no pueden ser interpretadas como debidas simplemente a crisis cíclicas de la producción. Son la connotación principal de una nueva era, el resultado de nuevas relaciones entre los grupos sociales, de nuevas estrategias.
En las grandes áreas urbanas y metropolitanas, a partir de cuya observación se construyó desde el inicio el problema urbanístico, hay ahora “vacíos”, extensas áreas “blandas”, cuencas y distritos industriales obsoletos y abandonados o en camino del abandono: los docks de Londres, la Lingoto en Turín, el área Citroen en Paris, Milán-Bovisa, Bagnoli en Nápoles, los puertos de Génova y Rotterdam, Coventry. Estas áreas limitan con áreas “duras” en las cuales la residencia y el terciario se disputan el terreno palmo a palmo. Actividades cada vez más variadas se relocalizan moviéndose a lo largo de las líneas de menor resistencia que atraviesan lo construido en muchas direcciones, no siempre siguiendo la que va del centro a la periferia. Tienden a asociarse y aproximarse sin reglas aparentes: la heterogeneidad domina el paisaje urbano, el de la periferia metropolitana y del campo urbanizado. Ciudad y territorio son cada vez más tematizados de forma generalizada recurriendo a palabras diferentes de las del pasado.
La experiencia fundamental a partir de la cual se ha construido en los últimos años el problema urbanístico es por tanto una experiencia de progresiva interrupción del crecimiento urbano y de progresiva dispersión. En el espacio físico, en el del poder y en el de la justicia. Es por muchos motivos una experiencia opuesta a la que se encuentra en los orígenes del programa de investigación del urbanismo y de la arquitectura moderna y da lugar a una progresiva desestructuración y deslegitimación de sus métodos de proyecto.
En el principio de la nueva temática encontramos una ciudad hecha de “partes” que no necesariamente son reconducibles a la totalidad a lo largo de los ejes jerárquico y de integración: es la historia, la memoria que la ciudad tiene de sí misma, lo que da unidad a sus partes. Las propiedades de los objetos arquitectónicos singulares adquieren sentido dentro de un sistema de relaciones que caracterizan las diferentes partes de la ciudad: un cierto paisaje urbano, un cierto contenido social, una función.
A finales de los años 70 las características sociales de cada parte singular de la ciudad no se corresponden ya con las funcionales; las morfológicas tampoco se corresponden con las sociales y las funcionales. Si recorro la ciudad obtengo informaciones incoherentes, el sentido del lugar no me resulta inmediatamente perceptible: densidad y tipos de edificación predominantes no me hablan ya de la identidad de los habitantes, de su posición en la división social del trabajo, de cuanto se hace dentro de los edificios.
Estoy describiendo el malestar, pero también algo más relevante. El crecimiento de la ciudad y la metrópoli nos parecía destinado a proseguir: queríamos llenarla de nuestras buenas intenciones, excluir itinerarios perversos, contenerla incluso donde creciera algo diferente. La suspensión del crecimiento ha abreviado de improviso el horizonte temporal de nuestras previsiones. La concentración informaba de algo dentro de nuestro campo de visión. Creíamos poder ver, prever, controlar. La dispersión impulsa el crecimiento fuera del campo de nuestra mirada, lejos de la ciudad y en direcciones imprevistas: la disemina, la parcializa, la disuelve en episodios diversos.
Pero no por ello la nueva situación me parece que deba ser necesariamente descrita como “excrecencia”, “proliferación”, “gangrena”, “metástasis”, enfermedad incontrolada e incontrolable. El recurso frecuente a estos términos muestra nuestras dificultades de visión.
Nos damos cuenta que el tema no es el de la construcción “ex novo” de la “ciudad moderna”; que este término no puede significar ya las quizás demasiadas cosas a las que aludían los ejemplos demostrativos de la urbanística y la arquitectura moderna. El espacio en el que viviremos los próximos decenios está en gran parte construido. El tema es ahora el de darle sentido y futuro por medio de continuas modificaciones de la ciudad, del territorio, de los materiales existentes, lo que implica una modificación de nuestros métodos proyectuales que nos permita recuperar la capacidad de ver, prever y controlar. Y es en efecto por la visión por donde debemos comenzar.
La complejidad actual de la sociedad y del territorio, la dificultad de ligar cada uno de sus elementos al otro, nos debería empujar a actuar inicialmente seleccionando relaciones simples: por ejemplo a distinguir de forma realista lo que en la ciudad y el territorio es “duro” de lo que es “maleable”, modificable en sus propiedades, en su estructura física, en sus funciones, en su relación con otros objetos, en su sentido integrado. “Duro”, en la situación italiana, quizás europea, es el barrio de iniciativa pública de la periferia metropolitana. Corviale, Laurentino, Secondigiano, Palastro, el grupo de condominios de siete y ocho plantas en la llanura de la Brianza o del Véneto, el nudo de autovía, la barrera ferroviaria, el asentamiento abusivo en la costa, la parcelación pretenciosa. Maleable se han demostrado por contra, el centro histórico, especialmente el espacio público, la ocupación precaria de los suelos periféricos, las áreas o edificios industriales obsoletos.
Pero esta es sólo una de las configuraciones posibles: en situaciones diferentes maleable y duro pueden referirse a objetos distintos. En Los Ángeles, duros son sobre todo la red de infraestructuras y cuatro o cinco conjuntos de edificación en altura, maleable es el restante océano edificado; en Detroit cuando se quiere construir el nuevo establecimiento de la Cadillac se arrasa la ciudad polaca; en Moscú lo duro prevalece, lo maleable apenas existe. Duro y maleable no son términos descriptivos sólo en cuanto a las propiedades físicas, de relaciones visibles. “Potty and clay” eran los términos con los cuales los economistas, hace tiempo, describían la capacidad de adaptación, la escasa resistencia de una parte de la economía frente a la agresividad, a la fuerza estructurante de la otra.
En los años pasados, cuando se pensaba que la producción de mercancías era una actividad fuertemente consumidora de suelo, en todos los planes urbanísticos de los pequeños municipios se insertaron amplias manchas violetas [1]: ahora sabemos que no se verán nunca llenas de establecimientos. Están y estarán parcialmente vacías, no han estructurado una “dura” red de intereses, diferentes de los inmobiliarios; sin embargo han dado lugar a la construcción de infraestructuras, de barrios residenciales; han dado lugar a expectativas, a promesas, a pactos que ahora son “duramente” reivindicados. Duro y maleable se convierten así en sinónimos de negociable e innegociable.
El espacio futuro será pues el resultado también de asentamientos nunca desarrollados, de las acciones de cambio político desencadenadas por ellos, de intenciones que se han consolidado en rentas del suelo. Las periferias metropolitanas están llenas de proyectos no acabados que han rociado el territorio de puntos de demanda y de respuestas no pedidas: el sistema de interacciones sociales está repleto de vínculos, de variables independientes, de temas no negociables. Dejar en los planes y en los discursos la idea de que los proyectos pueden proseguir en los mismos términos en los cuales han sido inicialmente pensados y con los mismos protagonistas es cuando menos elusivo: se corresponde con concebir el plan como un gran depósito que es necesario rellenar de cualquier manera hasta el final. Pero igualmente elusivo es también mantener que entre la heterogeneidad y la complejidad, entre un espacio cada vez más definido por la ausencia o la dificultad de conexión entre las partes, cualquier contagio es posible, cualquier proyecto es legítimo y se convierte en sabiduría privada, juego del enfoque improbable y sorprendente, infinito intercambio y permutación de elementos que nos habíamos acostumbrado a integrar dentro de un orden de significados.
Modificar quiere decir precisamente buscar un método de proyecto distinto, en ciertos aspectos opuesto al del pasado, en el cual la atención se ponga en primer lugar en el problema del sentido, de las relaciones con cuanto pertenece al contexto, a su factibilidad y materialidad, a su función en el proceso de reproducción social, a su regla constitutiva. A un nivel más específico quiere decir construir planes de “grano más fino” privados de carácter demostrativo, que no aspiren a trascender la situación en la cual se producen, que no pretendan legitimarse mediante un uso instrumental y burocrático del aparato discursivo entregado a la tradición, sino que articulen el espacio del discurso con más limitaciones y temáticas definidas; planes que pierdan una parte de su carácter institucional, de norma abstracta e independiente de fines específicos, que seleccionen los temas de proyecto partiendo de la especificidad de los lugares, de su carácter posicional, apoyándose en una idea de racionalidad limitada. Es más, quiere decir en concreto abandonar los grandes fondos sobre los mapas, los grandes signos arquitectónicos e infraestructurales sobre el territorio, actuando sobre las áreas intermedias, sobre los intersticios, sobre las comisuras entre las partes “duras”, reinterpretar las partes “maleables”, en cierto modo, reinventar unas y otras añadiendo algo que dé sentido al conjunto; establecer así nuevos lazos, formar nuevos coágulos físicos, funcionales y sociales, nuevos puntos de agregación que recaben perspectivas más distantes, miradas más generales dentro de las cuales puedan darse proyectos más amplios, discursos más convincentes y veraces.
Quiere decir buscar de nuevo una regla y una semántica, no necesariamente continuación o mímesis de la histórica, sino justificable con argumentos públicos, no privados. Hoy todo esto quiere decir someterse a una notable dosis de riesgo intelectual, quizás incluso encontrar un motivo de mayor empeño ético-político.
[1] El suelo industrial en el planeamiento ha gozado siempre de una simbología curiosa: del azul cobalto/violeta, símbolo del “blue collar” al gris, situado entre la indiferencia y el smog (N. del T.)
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Fiesta del Solsticio: Homenaje a Bernardo Secchi. «Il raconto urbanistico». Texto de Jesus Gago
Continuamos con el homenaje a Bernardo Secchi por ser nuestro socio de honor en la Fiesta del Solsticio 2014, y de nuevo, con otro texto de Jesus Gago. Si en el anterior se trataba del prologo al libro colectivo «Lo spreco edilizio«, en este caso se trata de la reseña sobre el «Il raconto urbanístico«, libro editado por Einaudi en 1984, y una de las obras capitales de Secchi. La reseña se publicó en la revista «UR», dirigida entonces por Manuel Sola Morales. El original escaneado incluye los subrayados del propietario, Eduardo Mangada, lo que entendemos que aumenta su interés.
Texto sobre «Il raconto urbanistico» de Jesus Gago
Publicado en Fiesta del Solsticio, Textos
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Fiesta del Solsticio: Homenaje a Bernardo Secchi. «Lo spreco edilizio». Texto de Jesus Gago
Con motivo del homenaje a Bernardo Secchi por ser nuestro socio de honor en la Fiesta del Solsticio 2014, aprovechamos para colgar algunos de sus textos y de otros autores relacionados con él. Comenzamos con el prólogo de Jesús Gago para la version española del libro «Lo spreco edilizio» («El despilfarro inmobiliario»), un libro colectivo editado por Francesco Indovina en 1971 y publicado en España por Gustavo Gili en 1977. Según Jesus Gago, el artículo de Secchi («El sector edificación y la propiedad del suelo en un proceso de desarrollo económico») es el ejemplo mas acabado del propósito del libro de aportar una visión global de las relaciones entre sector inmobiliario, crecimiento urbano y desarrollo económico. El prólogo de Jesús Gago sirve además para contextualizar el intenso debate teórico sobre los procesos urbanos producido en Italia a principios de los setenta, del que Secchi fue uno de los principales protagonistas, en su marco social y económico, que tiene algunas similitudes con el actual.
Texto de Jesus Gago
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FIESTA DEL SOLSTICIO 2014: ¿Y ahora que?
Desde el Club de Debates Urbanos la ya tradicional «Fiesta del Solsticio» que celebraremos el miércoles 25 de Junio en el salón de Baile del Círculo de Bellas Artes.
Este año dedicamos una mirada expectante a los últimos y rejuvenecidos acontecimientos político-ciudadanos que, de momento, celebramos.
Damos el premio al «Compromiso Urbano Colectivo» a la Plataforma «Madrid, Ciudadanía y Patrimonio» por su labor activa y decidida en defensa de la arquitectura de la ciudad, siempre en compañía de los ciudadanos y el premio al «Compromiso Urbano Individual» a Rafael Fraguas, periodista y escritor que ha acompañado al CDU a lo largo de su recorrido y en quien valoramos su interés por la ciudad y sobre todo por las personas que la habitan, plasmado en numerosos artículos y publicaciones.
Cambiamos un poco la programación habitual para hacer un justo y cordial homenaje a uno de los, sin duda, mejores urbanistas contemporáneos, el profesor Bernardo Secchi que nos acompañará en esta ocasión y a quien también nombraremos «Socio de Honor».
Como verás por la invitación, en el programa de la segunda página, el acto empezará a las 19 horas de un modo algo mas protocolario que lo habitual en el que no habrá balance anual que quedará directamente colgado en la web y a la entrega de premios seguirá una conferencia del profesor Secchi. Sólo después de ésta podremos abrir nuestro habitual «ambigú» para tomar un vino y charlar, ya que la Conferencia se impartirá en el mismo Salón de Baile y será preciso guardar silencio.
En espera de que sean de tu interés Fiesta y Homenaje, recibe un cordial saludo. Te esperamos.
Puedes descargarte aqui la invitación
Publicado en Convocatorias, Fiesta del Solsticio
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#DebatesUrbanos: Sigue en directo el debate sobre el Plan General de Madrid
La retransmisión comenzará a las 19.30, mientras tanto podéis disfrutar de los vídeos de las anteriores sesiones del CDU disponibles en la lista de reproducción sobre estas líneas.
Intervienen:
Teresa Bonilla. Arquitecta
Rodrigo Calvo. Arquitecto y miembro de Ecologistas en Acción
Luís Moya. Arquitecto
Serafín Sardina. Arquitecto
Modera:
Fernando Fernández. Junta Directiva CDU
Fecha y hora: Martes 27 de mayo a las 19.30
Lugar: Sala Ramón Gómez de la Serna. Círculo de Bellas Artes de Madrid
Puedes descargar la invitación aquí
La sesión podrá seguirse en en Twitter a través de la etiqueta #DebatesUrbanos.
Más información: http://www.clubdebatesurbanos.org/
Opinión: Plan General y Gobierno de la ciudad_Eduardo Mangada
Como preludio del próximo debate ¿Tenemos Plan? sobre la Revisión del Plan General de Madrid, publicamos este texto de Eduardo Mangada
El Ayuntamiento de Madrid revisa el Plan General de 1997. Hasta hoy conocemos dos documentos, un Preavance y un Avance, sometidos a información pública. Sobre estas bases, y más en concreto con la lectura de las Memorias correspondientes, me atrevo a un primer análisis y una valoración cultural y política del alcance y objetivos que se pretende con esta revisión, que constituye de hecho la redacción de un nuevo Plan General, tanto por la incidencia de las nuevas leyes que lo condicionan como por las nuevas circunstancias territoriales y económicas en que se formula, junto con la evolución de la cultura urbanística acelerada en estos últimos años. Una valoración que puede juzgarse precipitada e incompleta, pero que entiendo oportuna ya que es en estos documentos iniciáticos, despejados de toda la parafernalia técnico-administrativa que conllevará el documento finalmente aprobado por la administración competente, donde con más claridad puede percibirse el sustento teórico, el basamento cultural que orienta la interpretación de la ciudad existente y su posible proyecto hacia el futuro. Todo ello contrastado con la ideología política dominante en los poderes políticos que rigen nuestras administraciones territoriales.
Sin traicionar mi cultura profesional y política me atrevo a defender que el análisis de la realidad física y normativa presentes en el Madrid de hoy, los criterios y objetivos, así como las propuestas estratégicas y procedimientos que los apoyan contenidos en estos documentos iniciales, redactados por la Oficina de Planificación Urbana del Ayuntamiento de Madrid, dirigida por J.L. Infanzón, merecen un alto reconocimiento disciplinar, resaltando el acierto al detectar y denunciar cuáles son los graves problemas que el Plan de 1997 ha propiciado y amparado y cuáles las necesarias medidas para paliar los efectos más negativos y ofrecer un nuevo modelo de desarrollo urbano. Problemas, malformaciones físicas y sociales, que encuentran apoyo jurídico, cuando no impulso, en las propias leyes del suelo de ámbito nacional y autonómico. Un marco legal que ofrecía un fecundo territorio para una política desarrollista del gobierno municipal, que puso su poder al servicio del nuevo desarrollo (no de la nueva ciudad) como base del negocio inmobiliario, olvidando, abandonando la ciudad existente, con sus problemas y oportunidades (salvemos Madrid Río, una intervención ajena al Plan General del 97). Como acertadamente denuncia David Harvey, imperó la primacía de la “urbanización capitalista” frente a la construcción de la “ciudad socialista”, la ciudad solidaria, civilizada, culta y cultivada.
Esta oferta desmesurada de suelo clasificado como urbanizable, visible de forma espectacular en los llamados PAUs, supone, en los momentos actuales, una de las grandes hipotecas que condicionan jurídica y económicamente cualquier propuesta e implantación de un nuevo modelo de ciudad. Estos disparatados desarrollos que, como excrecencias, rodean Madrid, especialmente el arco sur-este, suponen una oferta de suelo capaz de albergar 200.000 nuevas viviendas. Viviendas que ni son necesarias ni viables desde el punto de vista inmobiliario, en los momentos actuales de crisis financiera y ausencia de demanda solvente, que amenaza (casi con certeza) con prolongarse más allá de la década de los veinte. Pero ya hoy han adquirido una importante “solidez” jurídica y económica, en gran parte de ellos, que representa un obstáculo difícil de derribar y, más aún, si permanece hegemónica la cultura neoliberal que hoy impera en Madrid, en España y media Europa. Para borrar este estigma territorial, para reconvertir estos pasajes desolados en espacios civilizados, no bastan los criterios acertados y la buena voluntad que se refleja en el Avance ya publicado, sino una alternancia política capaz de modificar radicalmente las reglas del juego que rigen el desarrollo de esta ciudad. (Nota. No demos a estas incultas propuestas el nombre de “ensanches”. Respetemos a Cerdá y a una figura de planeamiento que ha enriquecido muchas de nuestras ciudades.)
Hay que saludar el Preavance que, con dureza y acierto, plantea frente a “un urbanismo en expansión” una apuesta clara por “un urbanismo de recualificación” centrado en la mejora y compleción de la ciudad existente.
En coherencia con esta apuesta político-disciplinar, propone con claridad la necesidad de desclasificar la mayoría de estos extensos PAUs (en todo o en parte) o, al menos, reducir su tamaño y su edificabilidad, civilizarlos, oponiendo a su desarrollo extensivo una concentración en desarrollos compactos y mixtos aprovechando lo que de útil y compatible con la ciudad actual puedan ofrecer las infraestructuras ya ejecutadas. Reorientación indispensable si queremos introducir racionalidad, cohesión territorial y social y queremos hacer creíble un cambio radical en la concepción de la ciudad y su futuro desarrollo. Y aquí surge una primera alarma. Desgraciadamente, frente a la propuesta valiente e inteligente del Preavance, en el Avance se relaja la pulsión político-cultural para mantener estos PAUs con plena vigencia. Decisión impuesta por los poderes económicos y políticos que gobiernan este territorio, por encima de los criterios culturales que están inspirando la revisión del Plan de 1997. Comprometido con una política de recualificación y compleción de la ciudad existente, “hacer ciudad en la ciudad”, el Avance propone tres líneas de intervención básicas. Por un lado, detectar y delimitar aquellas áreas de la ciudad que no solo están ya degradadas (tanto en la trama de espacios públicos, calles y plazas, que las estructuran, como en la baja calidad de los edificios, la insuficiente dotación de equipamientos sociales, junto al decaimiento económico de sus habitantes y el tejido comercial y artesanal), delimitando lo que define como “áreas de vulnerabilidad” en las que la degradación es previsible a corto plazo y exigen intervenciones preventivas con mayor contundencia de las que se habilitan en la Ley 8/2013, de Rehabilitación, Regeneración y Renovación Urbanas (LRRRU). En esta misma línea de intervenciones urbanas puede incluirse el llamado “programa de bulevarización” sobre un amplio conjunto de calles en las que se reduciría el asfalto, dominio del coche, para ampliar aceras o medianas como espacios y recorridos territoriales apoyados por un potente arbolado. Y como tercera vía de intervención puede destacarse la implantación de nuevos equipamientos de todo tipo que, más allá de su función, se consoliden como hitos arquitectónicos, focos visibles de atracción social capaces de recualificar físicamente la ciudad. “Nada hace tanta ciudad como un buen edificio”, afirmaba Manuel de Solà-Morales.
Únase a esas tres líneas de intervención física, la superación de la convencional y omnipresente zonificación, con una compartimentación de usos exclusivos, para apostar por una normativa que permita la mezcla de usos en las distintas “parcelas” o manzanas, con una prudente proporcionalidad y sujetas a un criterio variable de modulación en función de la evolución en entornos superiores a ellas, denominados en el Avance como “ámbitos de regulación de usos”. Apuesta disciplinar que merece ser destacada por su novedad y adecuación a la evolución de la ciudad en nuestros tiempos. La mixity más que la densityes la condición de la ciudad contemporánea, como afirma Manuel de Solà-Morales.
Seguramente hay más aspectos a destacar en esta pareja de Preavance-Avance, unos para apoyar y otros para oponerse o, al menos, someterlos a una reconsideración, pero el acotamiento de este artículo no me permite un análisis pormenorizado, debiendo resumir mi aportación con un enjuiciamiento más global. Sin duda, lo más destacable del proceso de revisión del Plan de 1997 es el cambio drástico de enfoque, contraponiendo claramente lo que se denomina por la Oficina de Planeamiento un “urbanismo de recualificación” frente al modelo de “urbanismo de expansión”. Es decir, una apuesta clara por lo que podríamos definir con “hacer ciudad en la ciudad”, “rehacer ciudad” o incluso la imprudente traslación del lenguaje socioeconómico de Schumpeter al lenguaje y la práctica urbanística, “la destrucción creativa”. Eslóganes, encabezamientos, todos ellos novedosos y valiosos si son sometidos a una estricta interpretación disciplinar y no se utilizan como simple cobertura a la moda para abrir un nuevo campo al negocio inmobiliario, agotada la rentabilidad de una expansión indiscriminada de la ciudad sobre terrenos vírgenes. Intervención sobre la ciudad que no puede quedar en simples buenas intenciones intelectuales y políticas, y exige el diseño de otros instrumentos de intervención no sólo físicos, sino jurídicos, administrativos y, sobre todo, económicos y gerenciales, para su transformación en formas eficaces de gobernar y construir un territorio. En todo caso, en un nuevo aire esperanzador el que aporta este Avance.
No puedo dejar escrita esta visión complaciente del Avance sin señalar algunas graves equivocaciones en sus “propuestas estratégicas”, que en gran medida contradicen la primacía de la ciudad existente como meollo del urbanismo y que sin duda vienen impuestas por las razones de los poderes económicos e ideológicos. Como señalé al hablar de los PAUs, la valiente, decidida y necesaria propuesta de su desaparición ha quedado desvirtuada, transformada en un flatus vocis por la presión de los podres fácticos. La llamada “nueva centralidad del Norte” resucita y mantiene como operación estratégica la Operación Chamartín, un auténtico disparate urbanístico, una anunciada ruina económica, semejante al soterramiento de la M-30, y un pretendido proyecto urbano con un diseño deplorable desde Bofill a Ezquiaga. Desaprovechar Campamento como una nueva área de centralidad y articulación del territorio metropolitano, convirtiéndolo en un innecesario solar para viviendas y más viviendas (¿20.000 viviendas?) me parece la pérdida de una oportunidad única para la consolidación de Madrid como ciudad metropolitana o ciudad región (aquí mi vinculación originaria con este tema puede devaluar mi juicio).
Quizás alguna equivocación más, pero el papel se agota y solo quiero apuntar telegráficamente el segundo apartado del encabezamiento de este artículo: el gobierno de la ciudad.
Un plan urbanístico debe cumplir al menos tres condiciones y albergar tres contenidos. Ser un proyecto cultural que, partiendo de una lectura y entendimiento profundo de la ciudad existente, proponga la ciudad del mañana: más bella y más justa. Una manifestación pública de las intenciones o los proyectos que los poderes públicos pretenden implantar en la ciudad para que los ciudadanos puedan conocerlos, participarlos y controlarlos, al mismo tiempo que unas normas que acoten las actuaciones públicas y privadas. Y, por último, con todo lo anterior, un instrumento para gobernar la ciudad, no solo para encasillarla en un instrumento normativo. Siendo así, es lógico pensar que los principios políticos que inspiran un plan deben ser acordes con la ideología de los gobiernos que tendrán que desarrollarlo. Y aquí está el gran fraude de esta revisión del Plan General de 1997.
En última instancia, un Plan General de Ordenación Urbana es un conjunto de documentos que “regula”, acota, prioriza y en el final otorga o no legalidad a las actuaciones de los agentes públicos y privados. Cuando nuestros gobiernos central, autonómico y municipal están comprometidos, imbuidos de una ideología neoliberal sin paliativos y se erigen, en consecuencia, como adalides en la defensa de la “desregulación” en aras de una libertad indiscriminada y prepotente del libre mercado, no puede ser creíble, es una contradicción sustantiva, que tales gobiernos puedan formular “un Plan” y sí lo hacen como una cobertura cultural o administrativa, es impensable que lo asuman como marco de la acción de gobierno respetuoso con unas normas que cínicamente ha aprobado. Siempre aparecerán un Martinsa, un Eurovegas, un Real Madrid o un Villar Mir que imponga sus intereses, doblegando el Plan a su más egoísta conveniencia, incluso un Ministerio que necesite sanear sus arcas forzando la recalificación de sus terrenos.
No creo que el “buen Plan” elaborado por la Oficina Municipal llegue a buen término ni sea aprobado, salvo que se anulen sus elementos más progresistas política y culturalmente o que se asuma con la clara voluntad de vulnerarlo cada vez que los mercados o los caprichos de nuestros gobernantes lo exijan.
Eduardo Mangada. 8 abril 2014
DEBATE: ¿TENEMOS PLAN? COLOQUIO DESDE UNA ORILLA
Intervienen:
Teresa Bonilla. Arquitecta
Rodrigo Calvo. Arquitecto. Ecologistas en Acción
Luís Moya. Arquitecto
Serafín Sardina. Arquitecto
Modera:
Fernando Fernández
Junta Directiva CDU
Fecha y hora: Martes 27 de mayo a las 19:30 h
Lugar: Sala Ramón Gómez de la Serna. Círculo de Bellas Artes. Madrid
Puedes descargar la invitación aqui:
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Opinion: ¿Europa nos salvará? (Hic Rhodus hic salta)
El pasado jueves 24 de abril el Club de Debates Urbanos fue invitado a participar junto con FUNDICOT, CONAMA, el Departamento de Geografía de la Universidad Complutense y el Foro de Transiciones, en un debate sobre: «Las Elecciones Europeas en el marco del cambio global : ¿ qué políticas han de demandarse al nuevo Parlamento Europeo?». Nuestra ponencia, que presentó Fernando Fernandez, miembro de la Junta Directiva del Club, se titulaba » La dimensión territorial y urbana del desarrollo«
A propósito de este coloquio, Francisco López Groh ha escrito la siguiente reflexión, que ha sido publicada en la edición digital del diario El País
¿Europa nos salvará? (Hic Rhodus hic salta)
Sábado, 26 de abril de 2014
Recientemente, un grupo de entidades ( Fundicot, Conama …) promovieron un coloquio (al que fue invitado el Club de Debates Urbanos) bajo el título de “¿Qué políticas han de demandarse al nuevo parlamento europeo?”. El objetivo de estas notas no es tanto comentar el citado debate como reflexionar sobre el alcance de su propio título.
Desde el inicio de la crisis se han impuesto dos relatos complementarios sobre Europa. El primero, el que podríamos llamar “del Padre”: un modelo autoritario y moralista que impone castigos por los excesos cometidos. Es el modelo de la derecha política que asume las estrategias y las instrucciones del capital, pero que, al menos inicialmente, fue asumido por la culpa de los izquierdistas arrepentidos (lean donde dice izquierdistas, gentes de la izquierda).
El segundo modelo, insisto complementario, ha sido el modelo religioso, el modelo de la salvación, de la esperanza en la salvación. Este modelo que se ha extendido como un ansiolítico más que como la pólvora, ha dominado los circuitos profesionales y técnicos, quizás asustados por su ceguera ante la fase de la financiarización y el endeudamiento masivo, o por su irrelevancia a la hora de la proposición de vías de salida propias. Pero se ha ido extendiendo y consolidando entre los que podríamos llamar “progresistas” y en concreto en el relato socialdemócrata.
Este relato tiene sus propias consignas o leyendas, por ejemplo “más Europa” y tiene su base argumental en una banalización de la globalización y sus efectos políticos, junto a una auténtica dejación del impulso político propio. Este relato da por sentado que “sólos no podemos” que debemos acudir a Europa planteando otros objetivos para que Europa nos salve. Así que esperamos de Europa que frene la desigualdad (que nosotros aquí mismo hemos contribuido a crear) el desempleo y hasta la ausencia de crédito!
Este relato tiene también sus medias verdades, sus “tranquilizantes” como el de que, en la Unión, “las decisiones serán tomadas de la forma más abierta y próxima a los ciudadanos que sea posible” (Tratado de la Unión Europea) o que (esta vez sí que sí) el presidente será nombrado por el Parlamento europeo, lo que no es estrictamente cierto.
“Aquí está Rhodas, salta aquí”. La cita de Esopo, recogida por Marx en el 18 de Brumario me vino a la mente por una frase de Fernando Fernández, adalid del Club en el citado encuentro. Creo recordar que Fernando llamaba a “empezar desde aquí”, a comenzar desde nuestro sitio y con nuestras propias fuerzas y objetivos.
Hoy mismo, en una entrevista en El País, Luciano Canfora, filólogo y ensayista italiano, hablaba de ese parlamento idealizado en el que tantas esperanzas (falsas) tenemos puestas:
“La realidad es que se ha desarrollado y consolidado un fortísimo poder supranacional no electivo de carácter tecnocrático y financiero que tiene en los organismos europeos los instrumentos para gobernar la comunidad, dando a un país más importante que los otros, Alemania, el papel de dictar las reglas”
“El parlamento Europeo que elegiremos en Mayo es un seminario universitario, no tiene ningún poder real, sólo aquel de crear una clase de parásitos muy bien pagados, preciosísimos para el sistema, porque sirven para hacer ver que existe un parlamento y que Europa no es completamente antidemocrática. Por eso les pagan tanto. Porque uno compra una persona si le da 100.000 euros al mes”
Seamos serios. No olvidemos que posibilidades hay de que, en Europa, se reproduzca por las condiciones actuales de fuerza y hegemonía un pacto similar al alemán, de grossen koalition, pactos que siempre han servido para mantener el statu-quo. Son estos pactos los que se impondrán al día siguiente en Europa, y, entre otras cosas los que acordarán (fuera del parlamento) el próximo presidente de la comisión.
Así que, desgraciadamente, porque cargar con la propia responsabilidad es fatigoso, no parece que haya más camino que iniciar el trabajo en cada uno de los propios estados para llevar a “Bruselas” al menos nuestra ira, que no descontento. Lo cual no es un rechazo a construir “Otra Europa” sin un requisito previo.
Francisco López Groh
Club de Debates Urbanos.
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PRESENTACION «MADRID. MATERIA DE DEBATE» EN LA ETSAM
Nuestra próxima actividad será la presentación del libro del CDU : «Madrid , materia de debate» en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid, para que nos conozcan sus alumnos.
Contaremos en la mesa con Antón Capitel y Luis Moya como autores del libro y catedráticos de las dos grandes áreas de conocimiento de la ETSAM , Proyectos y Urbanismo y con Francisco Pol que además de profesor de la ETSAM es miembro de la Junta del CDU. Completará la mesa Teresa Arenillas como arquitecta y Presidenta del CDU.
Estaríamos encantados de contar con la presencia de los que tengáis disponibilidad el jueves 8 de mayo a las 12,30 horas en la Sala de grados B de la ETSAM.
Podeis descargar la invitacion aquí
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DEBATE: ESTRATEGIAS DE REGENERACION URBANA. Materiales
Hemos recopilado algunos de los materiales de la sesión doble de debate ESTRATEGIAS DE REGENERACIÓN URBANA ¿Proyecto o escenografía?, que tuvo lugar el pasado 19 de marzo de 2014, que ademas del video de la sesión pueden ser de utilidad.
En primer lugar, tenemos disponible la presentación en powerpoint que mostró Peter Sweatman sobre las conclusiones del GTR.
Ademas, teneis también el texto de presentación de la primera sesión, moderada por nuestra presidenta, Teresa Arenillas, completado por ella con algunas conclusiones.
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ESTRATEGIAS DE REGENERACIÓN URBANA
Teresa Arenillas / Arquitecta / Presidenta CDU.
1_INTRODUCCIÓN
Iniciamos el debate de hoy sobre ESTRATEGIAS DE REGENERACIÓN URBANA con un formato un poco distinto al habitual.
Con este debate, en definitiva y como en otras ocasiones, buscamos propuestas urbanas alternativas a los efectos perversos de la globalización que se manifiestan (en palabras de Harvey) tanto en procesos de gentrificación y especialización de las áreas centrales como en los territorios periféricos dónde la ciudad se disuelve.
Nuestro propósito ha sido, dado lo importante y extenso del debate con múltiples facetas y ramificaciones, dedicarle una tarde entera, con los riesgos que esto supone de menor asistencia de público por lo temprano de la hora de inicio. Hemos querido suplir un poco este riesgo con invitaciones particularizadas a «expertos» de modo que si no somos demasiados seamos por lo menos gente informada, conocedores del asunto y capaces de enriquecer el diálogo.
Hemos dividido la Jornada en dos mesas, una primera mas expositiva en la que se nos relatarán los marcos normativos y modos de intervención a distintas escalas institucionales y la segunda de puro debate en la que tendremos en cuenta, lo expuesto en la primera y algunas cuestiones mas enviadas a modo de guión a algunos de los invitados, cuestiones que luego nos expondrán los relatores de esa segunda mesa.
Yo, como moderadora de la primera mesa no quiero consumir mucho tiempo a los ponentes (aunque en el CDU el moderador es habitualmente poco moderado e interviene).
Sólo encuadraré brevemente el tema desde mi punto de vista y a continuación haré una concisa presentación de los ponentes desde la perspectiva de su presencia hoy aquí.
2_ Apuntes sobre LA REGENERACIÓN URBANA INTEGRADA
Entiendo que esto de la Regeneración Urbana Integrada y la Rehabilitación de Edificios no es algo nuevo aunque ahora adquiera un especial protagonismo ligado a la crisis actual económica, inmobiliaria y ambiental, al igual que su anterior auge estuvo vinculado a la crisis del petróleo del 73.
También entiendo que la apuesta y formulación europea actual ( ¿o quizá ya no tan actual por el desplazamiento de la Directiva Energética de 2012 con rango mas ejecutivo?) de la Regeneración Urbana Integrada parte del «Documento de Referencia de Toledo» de 2010 firmado por casi todos los países europeos, documento que concibe la Regeneración Urbana Integrada como proceso planificado que ha de superar los esquemas parciales para abordar la ciudad como un todo funcional con el objetivo de equilibrar y desarrollar la complejidad y diversidad de las estructuras sociales, productivas y urbanas impulsando a la vez una mayor eco-eficiencia ambiental.
Lo económico, social, ambiental, cultural y de gobernanza o participación-cooperación se ve como algo indisociable . Y destaco esto porque en nuestro país han sido siempre decretos vinculados al sector de la vivienda los encargados de conducir y gestionar este proceso de rehabilitación tanto de edificios como de ciudad, al margen de la planificación urbanística y este me imagino que puede ser uno de los temas de debate. El derecho a la vivienda y el derecho a la ciudad los entiendo indisociables y por tanto las políticas que los atienden.
Como el tema es amplísimo, solo quería exponer, también para el debate, los resultados de una encuesta europea sobre Regeneración Urbana , elaborada en 2010 por el Instituto Universitario de Urbanística de Valladolid de la que resumo sus resultados de modo muy esquemático :
1- No es un campo disciplinar consolidado. Hay gran diversidad en las fórmulas de intervención.
2- No hay aproximación global a la ciudad en su conjunto. No se avalúan los efectos de las acciones sobre el conjunto la ciudad e incluso sobre el barrio en el que se interviene.
3- En todos los casos son enfoques muy fragmentados y parciales o sectoriales. Se concreta en ámbitos muy particulares y con objetivos específicos como turismo, vivienda , transporte etc. Unas veces son intervenciones físicas y otras sociales o económicas. Raramente se integran ambas.
4- Todas la operaciones de Regeneración Urbana se agrupan en realidad en torno a dos tipos fundamentales :
4.1- Acciones sobre áreas centrales : cascos históricos o espacios en declive de la ciudad tradicional con posición central. Los resultados son de clara gentrificación ( sustitución de la población) y expulsión de actividades tradicionales. Suelen intervenir promotores privados en operaciones mixtas, con transferencias importantes de recursos públicos a operadores privados. Cursan con desalojos, alza de valores inmobiliarios, exclusión de los estratos de población mas modestos y de las actividades menos competitivas. No suele haber evaluación de efectos a medio y largo plazo y por otra parte suelen valorarse positivamente en los cuestionarios.
4.2- Acciones en barrios vulnerables o desfavorecidos. Son operaciones de normalización que intentan igualar las condiciones de determinados barrios a un rango medio, mitigando los conflictos sociales. Se actúa sobre todo en vivienda, educación, espacio público y transporte. Con frecuencia se relacionan con integración de inmigrantes. Son operaciones de escaso interés inmobiliario y casi siempre de intervención pública y a veces con la colaboración de usuarios propietarios. Suelen mantener las condiciones demográficas y sociales de origen y por tanto la consolidación del estrato social previamente estratificado.
Hay algunas intervenciones que podrían clasificarse de carácter intermedio aunque sus efectos reales las sitúan mas cerca del primer grupo. Son áreas obsoletas, muchas industriales, que han adquirido posiciones centrales en la ciudad, con población vulnerable pero posición central, que suelen resolverse a favor de lo segundo, con gentrificación y cambios de actividad.
5- Pervive la ciudad como instrumento económico frente a su consideración como organismo social. Además, estos tejidos intervenidos se vuelven mas productivos o rentables a corto plazo, pero económicamente menos sostenibles y mas gravosos a largo plazo para el resto de la ciudad.
El resultado de esta encuesta es una razón mas para reclamar una aproximación global y verdaderamente integrada o de estrategia de ciudad en su conjunto, para sugerir principios de equilibrio, complejidad y eficiencia sostenible en la práctica de de la «regeneración urbana integrada», incorporando al desarrollo urbano y territorial la regeneración de la ciudad existente.
3_ OTROS TEMAS DE DEBATE
Y saltando de esta visión general en la que parece que se valoran mas las propuestas integradas y planificadas que la rehabilitación dispersa y sectorial, aunque esta sea energética y aún no descartando su existencia, paso a enunciar algunos de los ángulos de necesaria perspectiva y conocimiento que supongo que también hoy veremos aquí, en esta 1ª mesa como son :
A) La cuestión de la energía y posible reconversión del sector de la construcción hacia la rehabilitación energética muy analizada por el grupo GTR y basada fundamentalmente en el retorno económico derivado del consecuente ahorro energético y de la hipotética revalorización «verde».
B) El marco normativo y financiero tanto Europeo como Estatal y Autonómico.
En el marco Europeo supongo que deberemos prestar especial atención los aspectos derivados de la nueva Directiva Europea de Eficiencia Energética de 2012 a cuya transposición esta colaborando el grupo GTR , sobre todo en su artículo 4 relativo a la «Renovación de edificios residenciales y comerciales». Esta Directiva parece que exige la presentación de una estrategia concreta para el 30 de abril de 2014 de lo que supongo que nos hablará Peter.
Pero también tenemos la Ley 8 /2013 de 26 de junio de rehabilitación, regeneración y renovación urbanas ( Ley de las 3R) con sus luce y bastantes sombras en mi opinión,
O el RD 233/2013 de 5 de abril :Plan Estatal de fomento del alquiler de viviendas, la rehabilitación edificatoria y la regeneración y renovación urbanas, 2013-2016 y el modo en que lo han articulado las distintas autonomías para sus necesidades y lo difícil de su implementación en un plazo tan exiguo del que ya ha transcurrido casi la mitad del tiempo sin ningún Convenio firmado.
De estos Planes autonómicos solo conozco el Plan Marco de Vivienda y Rehabilitación en Andalucía, del que supongo que nos hablará Elena Cortés y considero que es una apuesta clara por la rehabilitación frente a la nueva edificación, por una ciudad menos insostenible, por la vivienda digna para los mas desfavorecidos con el parque existente como soporte para cumplir su función social, promoviendo la puesta en uso de las viviendas vacías. Todo ello con unos planes municipales de vivienda y mapas de infravivienda que apuntan al interés por un conocimiento previo de los problemas y su justa planificación desde lo público.
Como ni Javier Burón ni Sebastà Jornet pertenecen a Instituciones públicas, supongo que nos expondrán lo que conocen de lo que se propone o actúa en sus autonomías, pero sobre todo nos contarán su punto de vista desde su profundo conocimiento como expertos implicados en esto desde hace tiempo.
F_CONCLUSIÓN GENERAL.
– La intervención en la ciudad consolidada está ahí desde hace tiempo aunque de modo minoritario en nuestro país.
– Ahora se hace necesaria una intervención de mayor calado y visión holística.
– Tendremos que hacerlo prestando especial atención a la gente y al medio ambiente y evitando la especulación y la gentrificación.
– Tenemos innumerables ejemplos de actuaciones actuales y antiguas dónde aprender, tanto de sus aciertos como de sus errores, sobre todo de Europa dónde la intervención en la ciudad consolidada es un tema ya muy maduro.
– Ninguna actuación urbana es idéntica a otra y menos aún en el caso de regeneración urbana en el que elementos clave como Territorio, Historia y Ambiente siempre serán específicos. Además en los últimos tiempos hemos incorporado nuevas ideas como es todo el discurso derivado de la sostenibilidad, fundamentalmente de los límites de los recursos materiales y energéticos que antes no estaba presente.
– Debate simultáneo sobre la ciudad que se quiere y los instrumentos que definan objetivos y estrategias. Integración de la regeneración en el planeamiento general del municipio.
– Regeneración urbana y gestión creativa teniendo en cuenta a los agentes sociales, a la administración y al mundo profesional y académico.
– Facilitar la acción privada/concertada pero eligiendo desde lo público momentos, modos y lugares.
– Actuar con prioridad en lugares que aporten valor al conjunto, que acogen los problemas urgentes, como la congestión, el deterioro, la decadencia, la segregación social o de uso; los que ofrecen oportunidades para el reequilibrio, la regeneración o la integración social, de uso, física etc.
– Detener la extensión indiscriminada por convicción del modelo de ciudad pretendida : compacta, compleja, diversa, poco consumidora de suelo, materiales y energía y poco productora de residuos… Encoger el daño y expandir la centralidad, reciclando las periferias hacia nuevos espacios de urbanidad.
Teresa Arenillas Parra / 19 de marzo de 2014.
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